Fernando García Macua se convirtió ayer en el gran protagonista de la jornada en Lezama. Apareció cuando Joaquín Caparrós y el grueso de la plantilla estaban a punto de terminar la sesión de entrenamiento y se dirigió directamente hacia el técnico. Tras estrecharle efusivamente la mano, permaneció por espacio de unos minutos charlando con él, mientras los jugadores efectuaban los estiramientos de rigor previos a la retirada a los vestuarios.
Lo novedoso de este encuentro es que se desarrolló en el Campo 1, donde el primer equipo trabaja a diario, y lógicamente a la vista de los aficionados y la prensa que seguían el desarrollo de la sesión. Huelga decir que la inesperada visita del presidente provocó un revuelo entre los fotógrafos y las cámaras de televisión.
Como estaba lloviznando a ratos, todos los medios de comunicación estaban a cubierto en la tribuna que para los mismos existe en uno de los laterales del citado terreno de juego. Pero en cuanto comenzó el diálogo entre García Macua y Caparrós, justo en la banda opuesta, la más próxima al pabellón cubierto, todos los objetivos se trasladaron a la carrera para obtener mejores imágenes del momento.
García Macua, que en principio inició la conversación de espaldas a las cámaras, se giró y se puso de frente a las mismas para proseguir departiendo con Caparrós.
La escena apenas duró cinco minutos, pero hubo instantes en que el dirigente ocultó con una mano el rostro, su boca, con un gesto pretendidamente discreto, quizás para evitar una posible grabación a distancia de las palabras que pronunciaba.
El paseíllo.
Una vez que los fubolistas terminaron sus ejercicios, todos ellos empezaron a caminar hacia la salida y García Macua, con Caparrós a su lado, se mezcló con el grupo y así recorrió, rodeado de los sudorosos futbolistas, los 50 metros que le separaban de la puerta de salida. Aprovechó para hacerle algún comentario a Ander Iturraspe. El curioso paseíllo mereció la máxima atención de las cámaras. Era la imagen del día, sin duda alguna.
Se especuló entonces con que los dos jugadores escogidos por el club para que pasasen por la sala de prensa (ayer Ion Vélez y Joseba Etxeberria) tardarían algo más de lo habitual, pero no fue así. Resultó que el presumible encuentro de García Macua con la plantilla en el interior de las instalaciones no se produjo.
En realidad, a los pocos minutos de lo visto sobre la hierba de Lezama, el presidente abandonaba el recinto en su coche. Joseba Etxeberria fue quien puso sobre la pista de este aspecto cuando confesó ante los periodistas que se acababa de enterar de que García Macua había estado allí.
El capitán, junto a otros siete compañeros, acabó su trabajo antes que el resto de los futbolistas, de modo que no asistió a la irrupción del dirigente en el entrenamiento. Al parecer, tampoco coincidió con el presidente en el interior de las instalaciones.
"No ha hablado con nosotros", declaró Etxeberria, quien aseguró desconocer el objeto concreto de esta visita. Añadió que en otras oportunidades el presidente se ha acercado hasta Lezama "para transmitir la confianza de la directiva en nosotros".
Sin embargo, no fue el caso del episodio vivido ayer. García Macua quiso dejarse ver al lado de Joaquín Caparrós y esa es la única imagen que hay.
Fuente:As.com