Aseguraba Ramón Calderón que ni él ni nadie de los suyos tenían nada que ver con la presencia del medio centenar de ultras en la Asamblea. Visto el comportamiento y apoyo incondicional que tuvieron con el presidente y los insultos hacia los críticos a su gestión, se antoja trivial que su presencia tenía un motivo claro y ni en el fondo ni en la forma ha benefi ciado en nada, sino todo lo contrario, al actual presidente y a su Junta. El peor aliado que se puede tener en estos tiempos de crispación en el madridismo es el de este grupo de radicales que llevaba tiempo sin comparecer por este tipo de actos. "Desde los tiempos de Lorenzo Sanz, hace ocho años, los ultras no acudían a las Asambleas. Ni con Florentino, ni en las otras de Calderón habían estado", denunciaba indignado un afi cionado que añadía que algunos socios se habían quedado fuera porque cuando llegaron ya estaba completo el aforo reservado para ellos. "He visto cómo se ha tenido que marchar Jaime, hijo del ex presidente Luis de Carlos".
Amenazados. En un número aproximado de entre cincuenta y sesenta, los ultras llegaron a IFEMA en los autobuses que el club había puesto a disposición de los socios para que se trasladaran desde el Bernabéu. Fueron de los primeros en tomar posición de los asientos reservados para los socios en la primera planta, encima de la sala principal donde se celebró el acto. A su lado se sentaron también entre medio centenar largo de miembros de la Peña Cinco Estrellas. Sólo separados por un biombo se ubicaron los medios de comunicación. En años anteriores después de constituirse la Asamblea, la mesa presidencial preguntaba a los compromisarios si permitían que los socios y los periodistas pudieran estar presentes como oyentes. Ayer, cuando se hizo esta pregunta, el grupo de ultras ya estaba dentro. Algunos críticos con la gestión de Calderón denunciaron sentirse amenazados en todo momento por los insultos y los gestos de ese grupo y también coartados por el seguimiento que les hacían las cámaras del recinto.
Fuente:Diario As.com