Fernando Alonso no pudo escalar más allá del octavo puesto en la calificación del Gran Premio de Turquía. Alonso había conseguido el quinto puesto en su primer intento y parecía que aún podía ganar alguna posición más, pero en su última vuelta rápida sufrió una salida de pista en el primer sector y se tuvo que conformar con el octavo final. Lo malo es que a primera vista parece que lleva algo menos de combustible que sus rivales.
La pole, la seguda de la temporada, fue para Sebastian Vettel. El joven alemán de Red Bull pudo doblegar de nuevo a los Brawn y gozará de una oportunidad única para intentar abrir hueco desde el inicio y luchar por el triunfo. Su coche va previsiblemente más descargado que los de Button y Barrichello.
Decepción en Ferrari
Los Ferrari decepcionaron de nuevo y los puestos sexto y séptimo de Raikkonen y Massa no alcanzan a consolar al equipo italiano, que está realizando un esfuerzo titánico por alcanzar a los dos equipos de cabeza.
Fue una sesión calificatoria durísima, ya que en la Q1 quedó apeado el campeón mundial, Lewis Hamilton, en una serie en la que cayó también Nelson Piquet. Alonso fue undécimo en esta fase y todo hacía presagiar una battalla encarnizada en la Q2.
Máxima igualdad
Así fue, pues Kubica o Rosberg se le colaron por delante en la segunda ronda y Fernando mantuvo como pudo la décima posición. Hay que destacar que del quinto al décimo, en esta Q2, sólo hubo 60 milésimas de diferencia.
En la tercera ronda, al menos pudo superar a Kubica y Rosberg, pero se antoja una carrera harto complicada, ya que mantener los puestos que dan acceso a los puntos será ya toda una hazaña. Alonso arriesgó y salió cruz, pero es de aplaudir su actitud.
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Marca.com