Tengo problemas en los frenos!, ¡tengo problemas con los frenos!". Nada más comenzar la calificación, Fernando Alonso se quejó por radio de que su coche no se detenía antes de cada curva como debía. Intentaron paliarlo cambiando el reparto de frenada de la primera a la segunda parte de los entrenamientos oficiales. Pero no sirvió. El problema, según supieron después, fue el deficiente funcionamiento de un disco. En la práctica fue como si tuviera que aplicarse a fondo sólo con tres ruedas.
Por eso entró de milagro en la Q3, y gracias a que voló en el único sector donde no hay ninguna gran apurada. Y también por ese problema sale hoy octavo. Aunque el ovetense no lo reconoce públicamente para que no parezca una excusa. La mecánica ha vuelto a traicionarle y, en este caso, convierte el podio en una quimera.
Según los ingenieros de la escudería, este problema técnico le costó cuatro décimas por vuelta sobre su tiempo óptimo y medio segundo sobre el que realmente marcó, viciado por las largas distancias de detención. En condiciones normales, Alonso tenía en su mano la cuarta plaza (habría pasado de 1:40.236 a 1:39.736) y se habría convertido en un claro candidato a subir al cajón. Ahora sale en medio del pelotón y por el lado sucio.
Fernando estaba realmente enfadado y desanimado después de la calificación. La salida de GP2 tampoco le dejó demasiado tranquilo. Toda la fila par, la del lado sucio, la suya, se quedó en los primeros metros, y sus ingenieros piensan que puede llegar décimo a la primera curva. Con los problemas de frenos ya subsanados, el asturiano será competitivo, pero puede que no tenga aire limpio para demostrarlo. Así las cosas, su objetivo es intentar acabar la carrera y puntuar. Tiene menos gasolina que los dos pilotos que le preceden, Rosberg y Raikkonen. Se detiene en la vuelta 17, cuatro antes que Nico y dos que el finlandés.
La pole fue para Hamilton, pero un enrabietado Kovalainen, al que McLaren ya ha decidido despedir, a punto estuvo de arrebatársela. Si no llega a cruzarse tanto en la entrada a meta lo habría hecho. Barrichello brilló con un excelente tercero y es el favorito a la victoria. Sólo tiene que evitar su costumbre de las malas salidas. El brasileño se detiene tres vueltas más tarde que Hamilton y dos que Heikki, que tampoco parece con demasiadas ganas de frenar adrede al piloto de Brawn para que gane su compañero. Los Red Bull decepcionaron. Vettel, que sufrió una rotura de motor por la mañana, sale en la segunda fila y bastante ligero. Y Webber es noveno.
Jaime Alguersuari no pudo cumplir su objetivo de meterse en la Q2. En su proceso de aprendizaje en la categoría, ayer mejoró claramente en las curvas rápidas (a la altura de Buemi), pero se le atragantaron las fuertes frenadas y la falta de agarre en comparación con Hungría. Es una cuestión de experiencia. Sale 19º, pero se quedó a sólo una décima de Trulli y a medio segundo de pasar a la Q3.
La dignidad del trabajo de dos debutantes como el catalán o Grosjean (que pasó a la Q2 y rindió respecto a Alonso como el mejor Piquet) poco tiene que ver con el desastre de Luca Badoer. El italiano llevó su Ferrari a la última plaza y se quedó a ¡2,6 segundos! de Raikkonen, sexto en parrilla. Y a segundo y medio de Alguersuari, que deberá tener cuidado con él en la primera curva (lleva KERS). En carrera el finlandés puede doblarle sin demasiados problemas. No es culpa suya, sino de quien decidió ponerle en lugar de Marc Gené, que ya era claramente más rápido que su compañero en 1999.
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