¿Cómo se sintió jugando en La Catedral?
Algunos compañeros ya me habían hablado de la importancia de jugar allí, decían que puede que fuese el mejor estadio después del Bernabéu y del Camp Nou.
¿Tenían razón?
Jugar allí fue increíble. La gente de la grada se mostró como auténticos fanáticos. Todo el mundo estaba detrás de ese club y eso llegaba al césped, así que fue bonito y maravilloso. Fue un partido duro. Hubo que luchar fuerte y sobreponerse.
¿Una lección de cara al futuro?
Todo lo que pasó nos hará ser más fuertes de cara al futuro. Tres puntos logrados de esa manera dan mucha moral.
Siendo tan joven, ¿no le intimidaba escuchar todo ese griterío desde la grada y la dureza de los jugadores del Athletic?
Nunca había visto un ambiente tan caliente en un campo, pero de intimidación nada. Disfruto cada vez que salgo a un estadio a jugar, sea cuál sea el nombre.
Fue un partido duro para todos, pero especialmente para usted, que tuvo que luchar muchos balones por arriba...
Fue un partido muy luchado en general. Nunca había jugado con una intensidad tan grande. Es verdad que tanto ellos (el Athletic) como nosotros entramos muy duro al balón. Especialmente al ir a buscar los pases largos que caían del cielo, pero para eso estaba el árbitro. También fue difícil para él.
¿Estuvo acertado?
Bueno, sólo puedo decir que fue una lucha bonita y equilibrada. No creo que sus decisiones tuvieran nada que ver en el resultado.
¿Se sintió bien jugando de espaldas a la portería durante gran parte del encuentro?
Es algo a lo que, sin duda, no estoy acostumbrado. Me gusta jugar lo más de cara posible al gol, buscar los desmarques y ofrecerme para el pase, pero si el partido lo requiere, bajar balones es algo que también sé hacer. Primero tuve que jugar de espaldas para después llegar de cara.
¿Podría describir cómo fue su primer gol? Nadie en el campo se esperaba ese zarpazo.
(Risas). Bueno, La pelota se jugaba en campo del Athletic. Marcelo se la dio a Raúl y Raúl a mí. Tuve sólo un momento para pensar que el defensor estaba viniendo rápido hacia a mí. Entonces chuté al lado corto.
¿Fue intencionado? ¿Vio el hueco?
Vi un pequeño espacio en el lado izquierdo y la pelota cogió la única trayectoria por donde podía entrar.
El segundo fue otro prodigio de definición. Esta vez con la izquierda (el primero fue con la diestra). ¿Cómo lo recuerda?
El pase de Robben fue perfecto para mi carrera. El portero vino hacia mí, intentando tapar los espacios. Sentí que la mejor opción era la vaselina.
¿Suele prodigarse en ese tipo de remates?
La verdad es que no es lo que realmente sé hacer mejor. No es un gesto habitual en mí, pero en esas décimas de segundo sentí que era lo mejor que podía hacer. Y al rematar, es algo que ya estaba en mi cabeza.
Luego intentó otra vaselina, esta vez sin suerte
¡Seguro que con otro marcador más ajustado el remate habría sido distinto! La verdad es que, tras los dos goles, me sentía pletórico, con mucha confianza.
¿Con quién se entiende mejor en el ataque?
No sabría decirle. Me da lo mismo quién juegue. Sólo puedo decir que cada vez me siento más cómodo en el Madrid.
Y el Madrid más cómodo con usted
Lo más importante es que juguemos como un equipo, como ha sucedido ante el Athletic, porque entonces somos muy fuertes. Yo no juego para mí, sino para los demás, y si seguimos siendo un equipo podemos ganar los once partidos de Liga que quedan.
¿Se ve campeón?
Veo que hay que lucharlo, pero estamos demasiado cerca teniendo en cuenta que el Barça aún visita el Bernabéu. Es posible ganarla, sin duda.
¿Ha hablado últimamente con Van Nistelrooy? ¿Le da muchos consejos?
Sí, no con mucha frecuencia, pero sí que hablo con él. Y no sólo de fútbol, sino de otras muchas cosas. Me dice que esté tranquilo, que voy muy bien y que tenga paciencia.
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Fuente:As