Los Blazers, Clippers (en dos ocasiones), Nuggets, Rockets, Mavericks y, ahora, los Hornets. Todos estos equipos han sido víctimas del poderío de los nuevos Angeles Lakers, que han presentado desde el comienzo de temporada sus credenciales para ser uno de los máximos candidatos a conseguir este año el anillo de campeón, si su propia relajación se lo permite. En esta ocasión, el mal trago de enfrentarse a los Bryant, Gasol, Fisher, Bynum, Odom y compañía lo han pasado los New Orleans Hornets del gran Chris Paul. Un equipo que mantiene la esperanza de luchar por el título aunque analizando los argumentos que pusieron ayer sobre el parqué de su pabellón (sobre todo en los tres primeros cuartos), ni los más optimistas sueñan con que puedan dar la campana.
El partido llegaba precedido de la exhibición de juego y el derroche físico demostrado por Pau Gasol (22 puntos, 11 rebotes) en el encuentro ante los Mavericks, que no ha pasado desapercibido en el seno de la NBA. Su compañero Lamar Odom resaltó la fuerza del ala-pivot en la cancha y ha cerrado la herida que produjeron en el español las críticas de la pasada temporada en las que se le tachaba de 'blando' en la pintura: "Pau es mejor defensor de lo que la gente piensa", dijo el alero. Sin embargo, estas palabras y las de Phil Jackson, que calificaba a Gasol como "un gran jugador" no quedaron reflejadas ayer en el New Orleans Arena, donde Pau firmó uno de sus partidos más flojos de la temporada. Aunque comenzó fuerte, el pivot español no pudo frenar a David West (21 puntos, 12 rebotes) y estuvo muy poco participativo en la fase decisiva del encuentro.
Precisamente fue el de Sant Boi el encargado de abrir el partido ante los Hornets con una canasta de dos, en un primer cuarto en el que Gasol anotó seis puntos y se tuvo que sentar a falta de dos minutos al cometer su segunda falta personal. Con la dirección magistral de Derek Fisher, que sumó ocho puntos en este periodo, y la aparición de Ariza y de Odom, cada vez más asentado en su rol de sexto hombre, los Lakers se marcharon al banco con una amplia ventaja (28-17), sin apenas esforzarse, ya que los Hornets no eran capaces de parar en defensa las acometidas angelinas. La estrella de los de New Orleans, Chris Paul, no recibía ayuda en su desesperado intento de evitar que los Lakers se distanciaran y a pesar de ser uno de los mejores asistentes de la Liga tan sólo pudo dar un pase de canasta en este primer periodo.
El paseo militar siguió en el segundo cuarto, en el que los Lakers alcanzaron una ventaja de 21 puntos. Con un Kobe Bryant dosificando esfuerzos, los suplentes cumplieron su cometido un día más y de la mano de Vujacic, Odom, Farmar y Ariza dejaron el partido encarrilado. En estos minutos, el ataque de los Hornets se antojaba anárquico y difuso. Paul, que no era capaz de conectar y de hacer jugar a sus compañeros, terminó la primera parte con 8 puntos. Era West quien mantenía la esperanza de su equipo con 13 puntos, en una aciaga noche de los hombres de perímetro, que hasta este momento habían derrochado ocho lanzamientos de tres puntos, cuatro de ellos errados por Pedja Stojakovic. Al final del segundo cuarto, nueve jugadores de Los Lakers habían anotado, por seis de los Hornets. Fisher sumaba 10 puntos, Pau Gasol 9 (3 rebotes), Bynum 8 (7 rebotes) y Bryant otros 7 tantos. Unos números que justificaban que los californianos se fueran al descanso con el partido aparentemente sentenciado (30-51).
Atisbo de reacción
El parón fue un excesivo bálsamo para los de Phil Jackson, que salieron al parqué adormilados. Dos triples de Stojakovic, que estrenaba el casillero de tres de los Hornets, y dos canastas y un par de asistencias de Chris Paul a Tyson Chandler volvieron a meter a los locales en el partido y se pusieron a 13 puntos. Radmanovic fallaba todo lo que tocaba y tan sólo Derek Fisher parecía tener el punto de mira graduado (dos triples y una de dos, en 6 minutos de la segunda mitad). La reacción de los Hornets se quedó en un espejismo cuando Kobe Bryant decidió tomarse el partido en serio. Dos canastas y una asistencia del jugador franquicia de LA reestableció e incluso amplió la distancia a 23. Al golpe de autoridad de Kobe, hay que sumarle la aportación de Andrew Bynum, que llevaba 12 puntos y 8 rebotes. Finalmente, los jugadores de Hornets, ante la seria mirada de Byron Scott, se sentaron en el banco a la espera del último cuarto perdiendo por 52-71.
El susto de los Hornets
Tocado de muerte, los Hornets se aferraron al primer halo de vida que encontraron para seguir en el partido. Y la esperanza de los del estado de Luisiana tiene nombre y apellidos: Chris Paul. El tres de los New Orleans lideró la reacción blanca. Un triple de Posey y un tiro libre del propio Paul, permitió acercarse a los locales a 10, a falta de 3:54 para el final. Alentados por su público y aprovechando el sosiego de los Lakers, los de casa seguían recortando puntos y llegaron a ponerse a 3, gracias a la buena actuación de su joven líder, Chris Paul, que ya sobrepasaba su promedio de 20 puntos y 10 asistencias (terminó con 30-13). Bryant bajó los humos de los locales con un triplazo al que continuó un tiro libre de Pau Gasol y otros dos de Fisher, que volvieron a poner las cosas en su sitio y que certificaron una nueva victoria de los angelinos. Los Lakers ya suman 7 de 7 y no se contempla en el horizonte cercano equipo que le pueda hacer frente. Tan sólo su propia relajación parece ser su mayor enemigo.
Fuente:Diario As.com