El Barcelona se despertó más líder este lunes, mimado por la prensa y en medio de la satisfacción de su afición por la buena marcha en la Liga y en Europa. Sin embargo, hay un culé que no durmió muy tranquilo el domingo: se llama Pep Guardiola. Al entrenador le preocupan ciertos signos de relajación detectados fuera del terreno de juego, después de que algunos informes indicaran que hay futbolistas que comienzan a distraerse.
Justo después de superar con un notable su primera prueba de gran exigencia en la Liga (0-3 en el Sánchez Pizjuán, con goles de Samuel Etoo y dos de Leo Messi), Guardiola se confiesa más preocupado que antes. De hecho, el técnico del Barça mira con más cautela el comportamiento de alguno de sus jugadores que los próximos tres partidos, ante Valencia, Real Madrid y Villarreal, con los que cerrará la llamada etapa reina de la primera vuelta liguera. Algunas voces que Guardiola escucha con atención hablan de cierta dispersión de integrantes de la plantilla -especialmente, entre los jóvenes- y de salidas y actividades que en poco contribuyen a su mejor rendimiento en el campo.
Sobre la actitud de la plantilla en los entrenamientos y durante los partidos disputados hasta ahora Pep Guardiola no tiene queja. Sin embargo, el entrenador azulgrana observa con atención todo aquello que tiene que ver con compromisos comerciales o extradeportivos que podrían entorpecer la concentración de los futbolistas. Pep sabe que el parón navideño podría dar lugar a cierta relajación, de ahí que se apreste a seguir con mayor rigurosidad, si cabe, el desempeño de los jugadores.
Si fuera necesario, el técnico culé aplicaría incluso con más firmeza el régimen interno, que castiga, entre otras muchas cosas, las salidas nocturnas.
Lo que dice el régimen interno
Suena el teléfono en casa de un jugador del Barça, pasadas las once y media de la noche. Si el crack no atiende será mejor que se busque una buena excusa, a menos que quiera pagar 2.000 euros de multa. Pep Guardiola no ha querido admitirlo públicamente, como ninguno de sus futbolistas, pero esas llamadas se han producido de manera aleatoria, entre lunes y viernes. Llegar tarde a un entrenamiento o perderse el desayuno colectivo también es penalizado por el régimen interno del entrenador.
Fuente:Diari As.com