Cuando llega la hora de la verdad es cuando se diferencian los hombres de los niños, y en el primer partido de las Finales de la NBA los Magic sucumbieron a la presión que supone ver enfrente una camiseta púrpura y oro.
Los Angeles Lakers, una franquicia de leyenda, quiso dar un golpe de autoridad en la serie contra los de Florida, y lo consiguió con creces. Desde el primer minuto las miradas de Kobe Bryant y Pau Gasol delataban que algo grande podía ocurrir en el Staples Center, y unos acongojados Magic no pudieron evitarlo.
Phil Jackson encontró la fórmula para que el temido el temido Dwight 'Supermán' Howard fuese una caricatura del pívot que ha hecho temblar las zonas esta temporada. Entre Bynum, y especialmente Pau Gasol (que le forzó dos cruciales faltas en ataque), desquiciaron al pívot más dominante de la NBA, que acabó con unos pírricos 12 puntos (sólo una canasta en juego), aunque al menos atrapó 15 rebotes. Bynum se cargó rápidamente de personales, por lo que tuvo que ser el de Sant Boi el que tuviese que transformarse en el 'Lex Luthor' particular de 'Superman'. Howard se topó una y otra vez contra el muro de Sant Boi, y sus compañeros no supieron reaccionar ante la manifiesta inferioridad de su estrella.
Turkoglu, que jugó una buena primera parte, se diluyó como un azucarillo, mientras que Rashard Lewis distó mucho de ser el aniquilador que pasó por encima de los Cavaliers de LeBron. El único que se salvó de la quema en los Magic fue un Mickael Pietrus que se ha reinvidicado como un jugador de primer nivel, y un 'sexto hombre' de lujo, en los presentes 'playoffs'.
Dos arreones y K.O. de Orlando
Un parcial de 10-0 favorable a los Lakers comenzó a decidir el partido mediado el segundo cuarto. Los californianos se pusieron 10 arriba gracias a las diabluras de Kobe Bryant, y los Magic se quedaron tan tocado que no supieron reaccionar.
Tras el descanso un parcial de 9-0 fue la puntilla para la franquicia de Orlando, que tiró la toalla mediado el tercer cuarto y regaló el último para el lucimiento personal de los suplentes de los Lakers.
El triste 23 de 78 en tiros de campo de Orlando, un paupérrimo porcenaje del 29,9%, delata la mala noche de los chicos de Stan Van Gundy.
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