En 1991, tras el GP de Bélgica, Flavio Briatore contrataba a un joven Michael Schumacher arrebatándoselo a Eddie Jordan que lo esperaba en su despacho para firmar por tres temporadas. Todo con la aprobación de Bernie Ecclestone a pesar de la flagrante vulneración de las normas. Jordan se sentía engañado por los grandes jefes de la F-1 y al cruzarse con Ron Dennis, éste le espetó: "Bienvenido al club de las pirañas".
Hoy, después de 27 años al mando de McLaren, uno de los que mejor se ha movido y miembro honorífico del club, cede el testigo a Martin Whitmarsh, el cuarto jefe de su historia. ("Es el momento de que sea el líder. Es una decisión 100% personal mía", dijo Ron en enero). Antes que Martin, lo fueron Bruce McLaren, Teddy Mayer (recientemente fallecido) y Dennis, que nació en Woking en 1947 y pasó de aprendiz en un garaje, tras dejar los estudios con 16 años, a tener el 100% de las acciones de McLaren en 1982.
Ron es un negociador implacable, meticuloso del orden y maniático con los éxitos, hasta el punto de hacer pagar a sus pilotos las réplicas de los trofeos ganados. Por supuesto, el original era para la escudería. Deja 17 títulos de F-1 y frases controvertidas como: "La mitad de los pilotos son unos negados", "No corríamos contra Kimi sino contra Alonso" (Fernando era parte de su equipo) o "Mi equipo y yo estamos para hacer historia. Vosotros sólo para contarla" (dirigida a la prensa), que reflejan un carácter que desquició a Montoya, Coulthard, Alonso, Prost
En 27 años sólo reconoce haber llorado dos veces. Al morir su, según sus palabras, único amigo, Ayrton Senna, y en el título de Hamilton. Hoy deja el mando del muro aunque mantiene el 15% del accionariado. La F-1 pierde un personaje clave en su historia y el club de las pirañas, un insigne miembro.
Fuente:As