El empate en Vila-Real parece poco botín para los dos equipos que tenían una gran necesidad de sumar de tres en tres puntos. Pero parece que el triunfador de la tarde es Osasuna. Los navarros abandonan la pesada losa de ser el colista de la Liga BBVA y cogen algo de oxígeno en su dura lucha por la permanencia.
En cambio el equipo de Castellón desaprovecha una oportunidad única para dormir en puestos Champions y recuperarse de la mala racha que asola al equipo amarillo. Los de Pellegrni atraviesan una preocupante crisis de resultados. En los últimos siete partidos el submarino sólo ha sumado seis puntos (una victoria, tres empates y tres derrotas) y, poco a poco, se aleja de la lucha por la Liga de Campeones.
Hoy el Villarreal mereció más. Los de Pellegrini jugaron mejor que Osasuna y tuvieron más oportunidades claras. Pero como bien sabe el equipo navarro: el fútbol no es justo. Los amarillos salieron algo dormidos, pero con el paso de los minutos se hizo valer su calidad y toque de balón. El poblado centro del campo navarro dejaba muy pocos huecos para la imaginación y tardó en llegar alguna ocasión clara.
Sin embargo, los de Camacho dieron una 'pasito' para atrás y ahí el Villarreal es letal. Una gran combinación entre Cazorla y Rossi terminó con la resistencia rojilla. El italiano controló de forma genial para luego cruzar el balón tras la salida de Roberto. Lo más difícil ya estaba hecho, o eso es lo que pensaban en Castellón.
Cambios fundamentales
Al colista le costaba mucho salir de su campo con el balón jugado. Sólo la capacidad de lucha de Monreal y las pinceladas de Juanfran creaban algo de inquietud en el área de Diego López. Tras el descanso Osasuna siguió con con su fe intacta. El caracter de los navarros está más que probado y, esta vez, obtuvieron el premio.
Los de Camacho avisaron con un derechazo de Plasil que sacó el imperial Diego López a córner. Los locales no tardaron en responder con un disparo al larguero de Senna que, previamente, había tocado un providencial Roberto. El técnico murciano se fue definitivamente a por el partido y metió en el campo a Delporte y Dady. El resultado no tardó en llegar y, tras una combinación entre el francés y el caboverdiano llegó el empate. El extremo galo sacó uno centro al área, Cygan intentó despejar, pero el central falló y regaló el empate a un Dady que siempre está donde tiene que estar.
El tanto no hizo otra cosa que dar alas a un Villarreal que se lanzó a por la victoria. Pero el submarino se estrelló contra un inesperado rival: Roberto. El portero, que venía de dos malos partidos y estaba siendo muy discutido, salvó a los suyos con una mano espectacular tras un tiro a bocajarro de Ibagaza. El gallego siguió desbaratando cualquier 'intentona' de los amarillos y pagó, en parte, la deuda con sus compañeros.
Fuente:Marca