El Depor sale vivo de Poznan y se jugará su futuro en UEFA en la última jornada ante el Nancy en Riazor, pero por lo menos dependerá de sí mismo. Los hombres de Lotina pudieron hincar la rodilla en la segunda parte ante el empuje del Lech, pero también pudieron matar el partido en la primera tras el tempranero gol de Colotto, que sigue con su idilio europeo (tres goles).
Los aficionados del Lech pretendían sobreponerse a la frialdad que transmite el Miejski Stadion sin una de sus gradas y desde el primer segundo intentaron convertirlo en una olla a presión. Pero el Depor no les dio respiro. Un minuto tardó Colotto en silenciar el proyecto de infierno. Guardado tiró el primer saque de esquina del partido y el argentino se aprovechó de un servicio de espuela de Lopo, junto a la pasividad de la defensa polaca y las manos blandas de Turina. Fue el mejor antídoto. El Depor se calmó y aplacó las ansias del Lech. Surgió entonces el mejor escenario para que empezase a fluir el fútbol coruñés, pero antes tuvieron que pasar unos minutos con la calidad de Stilic y el empuje de Arboleda como protagonistas.
Dominio. Líneas muy juntas, movilidad, fútbol de toque y Valerón. El guión de Lotina era claro y el Depor empezó a interpretarlo a la perfección a partir del minuto veinte. Apareció el canario y el fútbol del Depor recobró su mejor versión. El Lech sólo podía correr detrás del balón y dar gracias porque el equipo coruñés no había matado el partido en dos ocasiones del propio Valerón y de un inofensivo De Guzman. El equipo polaco aguantaba como podía y sólo Stilic avisaba con un gran tiro desde la frontal. Todo parecía perfecto, pero ahí surgió la figura de Arboleda.
El colombiano no se limita sólo a defender y en una de sus galopadas desde atrás desequilibró el sistema defensivo del Depor y tras una pared cedió un balón a Rengifo, que el peruano no desaprovechó. El Depor sabía que le había dado vida al Lech y por eso encajó el golpe. Stilic y el propio Rengifo tuvieron ocasiones muy claras antes del descanso que pudieron asestar un golpe mortal, pero el Depor resistió.
El Lech salió envalentonado tras el descanso por el acoso al que sometió al Depor al final de la primera parte. Sus llegadas eran más por corazón que por fútbol y hasta que Cristian probó a Turina a los cinco minutos no se calmó el partido. Fueron algo más de diez minutos de tanteo, pero cuando entró Riki empezó la locura. Fueron cinco minutos con cuatro ocasiones claras (tres del Lech y una del Depor). El equipo coruñés volvió a aliarse con la suerte y a aferrarse a Aranzubía, y salió indemne. Cristian perdonó en la prolongación y el duelo murió con un empate con sabor agridulce.
Fuente:Diario As.com