Arjen Robben sigue haciendo honor, muy a su pesar, al más famoso de sus apodos, el de 'Cristal de Murano', uno de los más delicados del mundo. El holandés se volvió a lesionar este miércoles, antes incluso de poder jugar un minuto ante la Juventus en un partido decisivo de la Liga de Campeones. Robben sintió molestias durante el calentamiento y no participó en el choque. Este jueves, las pruebas médicas confirmaban una noticia que, no por recurrente, deja de ser temida por el madridismo: una nueva lesión de importancia en el cada vez más extenso historial clínico del extremo holandés.
En esta ocasión, se trata de una rotura de fibras de grado II en el sóleo de la pierna derecha que le tendrá alejado de los terrenos de juego "entre cinco y seis semanas", según los médicos del equipo blanco.
Es la quinta lesión de importancia (sin contar una sobrecarga en la pasada temporada) que sufre Robben como jugador del Real Madrid. Podrían ser seis si tenemos en cuenta que llegó al club blanco lesionado, lo que no le impidió convertirse en el quinto fichaje más caro en la historia de la entidad, que pagó al Chelsea 36 millones de euros por el traspaso. Tras recuperarse pacientemente en Valdebebas, debutó oficialmente con su nuevo equipo en un partido de Champions League ante el Werder Bremen (18 de septiembre de 2007), pero menos de un mes después (17 de octubre), volvía a lesionarse, esta vez jugando con Holanda ante Luxemburgo: rotura de fibras en el bíceps femoral y seis semanas de baja, en las que se perdió siete partidos.
El 9 de enero de 2008, sólo una semana después de confirmar su total recuperación con un gol en partido de Copa ante el Alicante, Robben volvía a caer, y por dos veces: primero, una sobrecarga que le impidió jugar un partido, y luego una complicada lesión (descomposición muscular entre la pierna derecha y la izquierda y una irritación en la columna) que le hizo perderse seis encuentros, cuatro de Liga y dos de Copa.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar: el 1 de marzo, en un Recreativo-Real Madrid, el holandés sufría una dura entrada de Quique Álvarez que le causaba una rotura del ligamento lateral interno de su tobillo izquierdo. Al final, otro mes y medio en el dique seco, lo que no le impidió regresar en el tramo final de la Liga 2007-08 y contribuir con un buen cabezazo ante Osasuna a la remontada blanca en el Reyno de Navarra antes de que Higuaín certificase la 31ª Liga blanca.
Un inicio alentador
Esta temporada empezó mejor para el holandés, vital en el triunfo blanco en el partido de vuelta de la Supercopa de España ante el Valencia. Robben confirmaba la impresión que tanto Schuster como sus compañeros se trajeron de Austria tras ver la pretemporada del holandés. "Se va a salir", decían, recordando que la pasada temporada la lesión que arrastraba del Chelsea le impidió preparar el curso de forma adecuada.
Sin embargo, el fantasma de las lesiones no ha tardado mucho en aparecer. El pasado 5 de octubre, ante el Espanyol, se dañó de nuevo el bíceps femoral (entró por Van der Vaart en el descando y se retiró a los 60'), en el que se produjo un edema que le tuvo parado tres semanas. Se preveía que reapareciera ante el Atlético -no se perdería ningún partido de Liga a causa del parón por las selecciones-, pero Schuster lo reservó para Turín, donde volvió a vestirse de corto. Fue el pasado 21 de octubre.
Ayer, sólo dos semanas después, la musculatura de Robben volvía a crujir. Esta vez ha sido el sóleo de su pierna derecha el que ha dicho 'basta'. Y Bernd Schuster se despide del único jugador con desborde de toda su plantilla... al menos hasta 2009.
Fuente:Marca.com