La UEFA tiene previsto hacer oficial hoy que el Atlético-Liverpool del próximo miércoles de Champions se jugará en el Vicente Calderón. El máximo organismo del fútbol europeo filtró ayer que aplazará la clausura del estadio rojiblanco debido a que no hay tiempo suficiente para organizar el encuentro en otro recinto deportivo. La UEFA entiende que no jugar en el Calderón supondría un importante perjuicio tanto para el Atlético como club como para las aficiones de los dos equipos. La UEFA quería haberlo hecho oficial ayer, pero faltaba la firma del presidente de la Comisión de Control y Disciplina, el austriaco Thomas Partl. La entidad del Manzanares no había recibido ayer comunicación oficial y está pendiente de la misma.
En el Calderón en estos últimos dos días se habían colapsado las líneas telefónicas solicitando información acerca de si el partido se jugaría en el Calderón. Incluso las aficiones de Atlético y Liverpool se pusieron en contacto para intentar presionar para que el encuentro no cambiara de escenario. El propio Benítez, técnico del Liverpool, aseguró que "por respeto a los casi 3.000 aficionados que tienen un billete de avión comprado para desplazarse a Madrid, el partido debe jugarse en el Calderón. Sería un trastorno muy grande para una afición que está integrada por gente humilde". Aguirre dijo ayer a TVE que aplazar la clausura del estadio le parecería "lo más sensato para evitar problemas con el desplazamiento de los aficionados y por todo lo que supone organizar el partido con tan poco tiempo".
El Atlético ya le había comunicado a la UEFA que no disponía de tiempo suficiente para montar un operativo de la exigencia de un partido de Champions. La entidad del Manzanares, independientemente del aplazamiento, tiene de plazo hasta mañana para recurrir la sanción de dos partidos impuesta por la UEFA. Lo que anuncie hoy el organismo europeo puede condicionar todo el proceso.
El club madrileño ofreció ayer una rueda de prensa donde desmontó las acusaciones vertidas desde la UEFA. Cerezo tomó la palabra para ir rebatiendo punto por punto las acusaciones del organismo europeo. Así, indicó que la reclamación del Olympique de Marsella está fuera de plazo: "El escrito está presentado el día 6 de octubre, fuera del plazo regulado de 24 horas después del partido que se establece para cualquier reclamación".
Cerezo también indicó que "sorprende la nula validez que le dan, a la hora de analizar los hechos, a los informes de los máximos responsables de la UEFA, el delegado austriaco, Gerhard Kapl, el de seguridad, el escocés William McDougall, y a la propia acta arbitral. También sorprende que no se tengan en cuenta los informes ni las imágenes de la delegación del Gobierno, ni de las fuerzas de seguridad del Estado, poniéndose en duda la actuación de quienes tienen que velar por mantener el orden público dentro y fuera de los estadios de fútbol. En el informe del delegado de UEFA se refleja que la organización fue perfecta y que los servicios de seguridad actuaron de forma intachable".
El Olympique denunció gritos racistas a sus jugadores Mandanda y Taiwo en los minutos 10, 20 y 30 de partido. El club mostró las imágenes de la transmisión del partido por Canal Plus en esos minutos y no se ven gritos racistas: "Sí se silba a los jugadores, pero nada más". Cerezo también dijo que primero los stewards y luego la seguridad privada trataron de retirar una pancarta con un símbolo prohibido por la UEFA, una calavera: "La Policía reaccionó a las agresiones de los aficionados franceses, visibles en las imágenes de televisión".
Fuente:Diario As.com