Saúl Blanco, escolta del Alta Gestión Fuenlabrada y uno de los jugadores españoles más prometedores del momento, aseguró que está en deuda con el club y que va a intentar pagársela. Blanco se convirtió por primera vez en su carrera, tras tres temporadas completas más la que se inició el pasado fin de semana en el club madrileño, en el mejor jugador de la jornada, con 33 puntos de valoración.
El jugador declara olvidado el 'affaire' del verano con el Pamesa: "Yo acepto la oferta de Pamesa porque tenía ganas de jugar allí, es otra dimensión de club, pero una vez que el Fuenlabrada acude al tanteo no le doy más vueltas y mi única preocupación es devolverle al club la confianza que ha depositado en mí y, por que no decirlo, el esfuerzo económico realizado. Estoy en deuda con mi equipo, el Fuenla, y voy a intentar pagarla", aclaró.
Sensaciones positivas
"Durante el verano he realizado un plan específico para cuidar la rodilla derecha, en la que sufrí una lesión del cartílago que me trajo por la calle de la amargura, luego, en la pretemporada, he trabajado con más ganas que nunca y los resultados parece que se empiezan a ver. Tengo, sobre todo, más confianza en mi mismo", explicó. .
"Sabemos en el lugar en el que estamos y que lo primero es lo primero: la permanencia; a partir de ahí no vamos a renunciar a nada. Yo sólo espero ser mejor jugador cada día, sé que en esa dinámica le voy a ser útil a mi equipo. ¿La selección? Ni lo pienso, ni siquiera lo sueño, es tan difícil. ¿Luis Guil? Es diferente, no digo que ni mejor ni peor que Casimiro, ahora, eso sí, jugamos con más dinamismo en defensa y procuramos correr más en ataque; son dos conceptos diferentes", finalizó.
Alucina con Oleson
El ante el CB Murcia tuvo dos protagonistas, el propio Saúl Blanco y el escolta estadounidense Bradley Scott Oleson, un jugador de 25 años proveniente de la LEB, que comparte con el asturiano la característica de ser "un negro dentro del cuerpo de un blanco", según el MVP de la primera jornada de la Liga ACB.
"Brad es brutal, lo hace casi todo bien y con una intensidad impresionante. Es un asesino silencioso, si el rival se descuida, y aún teniendo cuidado, te mete diez puntos en un abrir y cerrar de ojos. Nos divertimos jugando juntos y, sí, ojalá haya nacido una pequeña sociedad que con la impagable aportación del resto del equipo dé que hablar", profetizó con prudencia.
"Sabemos en el lugar en el que estamos y que lo primero es lo primero: la permanencia; a partir de ahí no vamos a renunciar a nada. Yo sólo espero ser mejor jugador cada día, sé que en esa dinámica le voy a ser útil a mi equipo. ¿La selección? Ni lo pienso, ni siquiera lo sueño, es tan difícil. ¿Luis Guil? Es diferente, no digo que ni mejor ni peor que Casimiro, ahora, eso sí, jugamos con más dinamismo en defensa y procuramos correr más en ataque; son dos conceptos diferentes", finalizó.
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