El Madrid necesitó lo justo para sumar una nueva victoria, esta vez en Illumbe, donde el Lagun Aro GBC plantó cara sólo en los primeros minutos, hasta bajar los brazos en el tercer cuarto y terminar sucumbiendo con una diferencia abultada. El gran interés del choque estaba en el debut del nuevo gigante blanco, Ante Tomic, que mostró buenas maneras y aportó 5 puntos y 3 rebotes en los 14 minutos que estuvo en pista.
Y es que Messina quiso darle bola desde muy pronto. En el primer cuarto, en el minuto 7 y antes que a Bullock, el técnico italiano llamó a su nuevo pívot. La primera impresión visual es espectacular. Un 2,17 delgado, pero más musculado de lo que se esperaba, que se movía con fluidez por la pista. Viene para jugar y Messina quiso dejarlo claro desde el principio.
Grandes minutos de Louis Bullock
Con Tomic ya en pista, el Lagun Aro dominaba el partido. Los de Pablo Laso anotaron cinco triples en el primer cuarto y al Madrid le costaba frenar a Ignerski. No hay excusa para que este equipo encaje 27 puntos en el primer cuarto y Messina no estaba por la labor de sufrir. El gigante sí lo hizo en sus primeros minutos de blanco. Intimida y se posiciona muy bien, pero los árbitros le castigaron a ambos lados de la cancha y su aportación acabó siendo intrascendente.
Los vascos aguantaban el tipo con los impulsos de un eléctrico Rai López, que no dirigía pero tampoco dudaba a la hora de enfilar el aro. El Lagun Aro comenzó a atascarse y Bullock jugó unos de sus mejores minutos de la temporada para encarrilar la victoria. Con un triple empató el partido a 36 y se marchó al banquillo con 8 puntos. Tomó el relevo Prigioni y el Madrid comenzó a marcharse ante un Lagun Aro desfondado (45-54).
Quinteto con sabor balcánico
Y hasta ahí iba a llegar el partido, porque el tercer cuarto fue un funeral para los vascos. Jaric y Kaukenas enchufaron dos triples nada más comenzar y el Madrid mostró su mejor cara. Defensa, transición y rebote para que la diferencia llegara a los 20 puntos. Era un buen momento para sacar a Tomic, que tampoco en estos minutos pudo demostrar mucho.
Su mejor versión se vio en el último cuarto. Con el partido roto y un quinteto muy balcánico (Jaric, Dasic, Velickovic y el propio Tomic), el croata mostró su movilidad en el poste, de espaldas al aro, y no se arrugó a la hora de pedir insistentemente el balón. De postre, para dejar un buen sabor de boca, una asistencia de lujo para Velickovic. Al final Messina no sufrió y el Madrid recuperó sensaciones antes del comienzo del Top 16.
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