El regreso del hijo prodigo se produjo en Filadelfia con la presentación oficial del veterano Allen Iverson en su vuelta -sólo seis días después de comunicar su retirada- a la franquicia que lo catapultó a la fama. Iverson, acompañado por el presidente de los Sixers, Ed Stafanski, mostró a los periodistas su lado más humano y no pudo contener sus lágrimas. Él, alma de gángster, el 'basket' y el 'hip hop' como estilo de vida, se mostró desnudo, sin artificios ni armas automáticas, y lloró como un niño. Eso sí, todo esto ha sido posible porque el nuevo entrenador de los Sixers, Eddie Jordan, le asegura la titularidad que no le fue concedida en Memphis. "soñaba con volver a Filadelfia", dijo 'The Answer', 34 años ya en la espalda.