Gregorio Manzano no hubiese renovado por dos temporadas el pasado mes de enero para vivir un verano como el actual. El técnico ha estado a punto de dejar el proyecto después de comprobar que prácticamente nada de lo que se le había dicho se ha cumplido.
La primera situación de malestar llegó a raíz de los traspasos de futbolistas como Ibagaza, Fernando Navarro y Güiza, cuando la idea era vender al jerezano teniendo en cuenta los 27 goles que marcó y reforzar la delantera con un jugador de garantías y mantener la base del equipo que finalizó en la séptima posición.
Otra de las promesas que se le hicieron pasaban por iniciar la pretemporada con la base de la plantilla como sucedió en anteriores ocasiones. Manzano empezó a agotar su paciencia con la venta de Borja y la posible marcha de Moyá al Valencia que, además, coincidió con la necesidad de fichar a un defensa, un centrocampista y un delantero para terminar de completar la plantilla.
Posible venta del equipo
El director deportivo era consciente de que tenía que acelerar los fichajes de David Navarro, Cleber Santana y Aduriz ante la crispación del míster y de la afición que, en la presentación del equipo, pitó al presidente Vicente Grande. No obstante, la situación deportiva del club no es lo único que ha molestado a Manzano.
La pasada semana ya dio un toque de atención al club por seguir provocando que se hable de la venta del Mallorca durante un mes y medio, el mensaje del míster no ha servido de mucho, ya que ambas partes han prorrogado las negociaciones hasta el próximo jueves o viernes mientras el equipo prepara el partido ante el Osasuna.
Fuente:Marca