Definitivamente Guardiola está obsesionado. Decir que este Barça aún debe mejorar es producto de su ambición por hallar la perfección, porque es complicado entenderlo tras ver cómo su equipo ganó en el Sardinero. Sin apenas despeinarse vapuleó a un Racing mezquino y despejó las dudas que había creado: juega con la vistosidad de siempre, con la insultante superioridad en la posesión a la que acostumbra y, además, no sólo tiene un nueve. Cuenta con Ibrahimovic, que ya vale por dos.
Su victoria se fraguó en la primera media hora y el planteamiento ultradefensivo de Mandiá facilitó la labor. Lejos de ordenar una presión adelantada y asfixiante para no dejar pensar a los cerebros culés, el gallego replegó a sus hombres en su campo, renunció al balón y se encomendó a la estrategia. Así, el Racing disparó por primera vez en la segunda mitad, dio una imagen temerosa emulando a un regional y el Barça, claro, lo trató como tal.
Los goles. Ibrahimovic fue el encargado de abrir la lata de cabeza, por lo que ya puede presumir de haber marcado en las cuatro jornadas iniciales. El Racing denunció que el sueco se apoyó ilegalmente en Henrique al rematar, pero la afición local demandó al mismo tiempo no haber cercado a Messi, que fue el decisivo pasador. Se llevaban 19 minutos jugados y, sólo uno más tarde, Ibrahimovic pudo sentenciar. Su disparo lo repelió el poste izquierdo.
La estocada quedó reservada para el de casi siempre, Messi, que con un zurdazo sutil y colocado batió a Toño y cerró el partido en su primer cuarto. Aunque ahí no se acabó el espectáculo. Piqué, tras una melé en el área resuelta por Ibrahimovic con una asistencia en forma de tacón, hizo el tercero y, de nuevo Messi, ya en la segunda, ridiculizó a la zaga dando una lección de cómo conducir y regatear con tanta rapidez y precisión.
Con el encuentro ya resuelto, ambos entrenadores reservaron a sus pilares para futuras batallas. La relajación permitió al Racing pisar terreno enemigo, a Serrano lograr la honra con caño a Márquez incluido y al colegiado tragarse un penalti a Pedro. Guardiola fue el único que lo protestó. No descansa. Su mentalidad evidencia que el éxito de este Barça radica en que, ni con recitales como éste, baja la guardia.
El detalle: Ibra tiene un leve esguince
La lesión de Ibrahimovic no es tan grave como podría parecer en un principio. El delantero sueco sufre un leve esguince de grado I o grado II tras la primera exploración que se le hicieron los médicos del Barça en el Sardinero. El ariete tuvo que ser sustituido en el minuto 52 por Pedro al torcerse el tobillo derecho en una pugna con Henrique por el balón.
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