Los motores trabajan al límite de su potencia durante el 75% de la vuelta y en cuatro puntos distintos superan los 320 km/h. También es un desafío total para los pilotos, que soportan frenadas de hasta 4,5G
Construido en un histórico parque en las afueras de Milán, Monza fue edificado en 1922. En la 2ª Guerra Mundial fue derribado y reedificado en el invierno de 1954. El bautizado templo de la velocidad reta a pilotos y equipos en sus 5.793 metros. Ninguna pista es más dura con el motor o los frenos. El desafío de encontrar los límites con una configuración de baja carga aerodinámica requiere habilidad y precisión. Los 372,6 km/h que marcó Montoya en los entrenamientos libres del GP de Italia de 2005 siguen asustando.
-Chasis.Con una velocidad media de 250 km/h, exige un conjunto aerodinámico especial para lograr velocidades punta de unos 345. Usa un paquete de carga aerodinámica ultra baja, pero el parámetro crítico realmente es el arrastre, ya que se deben minimizar sus efectos para lograr la velocidades punta.
-Suspensiones.La adherencia mecánica, la estabilidad y la dirección son parámetros cruciales. Los reglajes deben ofrecer un buen cambio de dirección en las chicanes y garantizar la tracción en las curvas más lentas. Los coches ruedan tan bajos como sea posible para asegurar la máxima eficacia aerodinámica.
-Frenos.Los coches pasan un 15% de la vuelta frenando y los pilotos sufren fuerzas de hasta 4,5G. Los coches afrontan cuatro grandes frenadas desde más de 320 por hora y se presta atención especial a la refrigeración de los frenos.
-Motor.Los motores pasan el 75% de la vuelta a fondo, muy por encima de la media, que es 62%. La mayor cantidad de tiempo que se pasa a todo gas son 16 segundos.
- Spoiler:
as