El Atleti es feliz, muy feliz. Según Forlán y Kun pisaron en césped del Olímpico de Atenas, se acabó el culebrón y empezó el fútbol, que parecía olvidado entre tanto rumor. ¡Qué error! Porque cuando un equipo disfruta de, posiblemente, la mejor delantera del mundo (o por ahí) sus aficionados van a vivir muchas noches como la de ayer en Grecia, donde sus deslumbrantes individualidades dan victorias de calidad ante rivales como el Panathinaikos, que salió aterrorizado por los delanteros del Atleti y se fue resignado: no se puede combatir el talento sólo con el físico. Salvo para ser actriz de Hollywood, claro.
Pero, ojo, que el Atleti dejó otras buenas señales mientras ponía pie y medio en la Champions de verdad. La apuesta de Abel por juntar las líneas entraña riesgos obvios, como se vio en el 1-1, pero los beneficios compensan. Con los centrales más cerca, Assunçao y Raúl García ya no tienen que cubrir ellos solos un océano y el balón se recupera más y más arriba, facilitando que llegue a donde debe estar: en los pies de Forlán, Kun, Simao y Maxi.
Tras cinco minutos de tanteo, el Atleti cogió el mando. No fue desdeñable la aportación de Ten Cate al éxito rojiblanco, todo hay que decirlo. En un ataque de entrenador (malo o cobarde) se inventó una defensa de cinco con Gilberto Silva, sobrevalorado como mediocentro y totalmente fuera de sitio como defensa. Así, al intentar sepultar a Kun y Forlán bajo una montaña de músculo, desnudó su mediocampo y desconectó a sus delanteros.
¿Y qué sucedió ? Pues que tras un buen rato de somnolencia general, el primer balón que agarró Forlán desarboló el invento griego. El uruguayo recortó al despistado Gilberto, le tiró una cachita a Simao y le regaló el gol a Maxi, que, inmerso como está en una cruzada redentora, no falló. Por lo que se ve, pese a su historial de arrancar lento las temporadas, Forlán sigue por donde lo dejó: en otra galaxia. Hasta el gol, los griegos se las habían ingeniado para dar algún susto gracias a la sabiduría popular de Karagounis y un gol bien anulado a Salpingidis. Pero Asenjo sigue con su rápida consagración rojiblanca y no dio opciones. Hay mucho portero ahí.
Tras el descanso, Ten Cate decidió ponerse del lado del equipo que le paga y deshizo el embrollo metiendo a Leto, que por calidad no puede ser suplente en el Panathinaikos, y sacando a Karagounis de su exilio en la banda. Como premio a la sensatez, un gol inmediato. Un pase perfecto e indefendible de Karagounis rompió la defensa adelantada rojiblanca y Salpingidis superó por arriba a un Asenjo vendido. Con el nuevo estilo, pasará más veces. Hay que asumirlo y seguir igual.
El empate provocó los minutos de más agobio para el Atleti, aunque fueron fuegos artificiales y nada de pólvora real. Entonces Assunçao decidió dar otro de esos cursos de entendimiento del juego que le han convertido en el pilar más inesperado de este equipo. Y pronto se le unió Forlán. Primero le puso un centro perfecto a Agüero, al que sólo un mal bote le impidió marcar, y en el 63', tras un tirazo al larguero de Maxi y la enésima recuperación en campo rival de Assunçao, marcó con la zurda desde la frontal.
Genialidad.
Desde ese instante, el dominio del Atleti fue total, pero Kun no estaba fino. Ja. En el 70', agarró el balón pegado a la banda junto a la línea de mediocampo. Con él, Moon y Spyropoulos. Se fue de ambos y avanzó hasta las cercanías del área, donde levantó la cabeza y vio que, de nuevo, sólo le acompañaban los dos defensas. Ni un amigo a la vista. Nada que hacer. O sí. Les volvió a encarar, les volvió a dejar y marcó cruzado. Fue tan brillante que casi dio pena la impotencia de sus pobres perseguidores. Kun no es futbolista, es inventor.
Un fogonazo de Leto, con un disparo potentísimo que Asenjo no se esperaba, dio algo de esperanza al Pana. Pero sólo el Atleti rozó el gol y el árbitro perdonó la roja a Moon, que impidió el cuarto al derribar a Simao cuando se iba solo. Al final, el 2-3, un resultado magnífico, se antoja corto. Es lo que pasa cuando Forlán y Kun van contigo: siempre quieres más. Tranquilos, llegará. Los dos siguen en el Atleti y, como no, la Champions es su destino.
El detalle: Maxi dedicó el gol a su hijo
Maxi continúa con su redención esta temporada y marcó el primer gol del partido a pase de Forlán. El argentino lo celebró llevándose el pulgar a la boca, dedicándoselo al hijo que espera su mujer y que será el primero de la pareja. Tras empezar el verano como transferible, el ex capitán ha convencido a Abel con un gran rendimiento este verano.
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