Menos de 24 horas después de conseguir en el estadio de La Victoria el salto de categoría, la plantilla del Villarreal B celebró ayer como se merecía un hito histórico. Su punto de partida fue El Madrigal y, desde allí y en un autobús descapotable, visitaron la Ermita de la Mare de Dèu de Gràcia, la Basílica de Sant Pasqual y acabaron en el Ayuntamiento, donde fueron recibidos por el alcalde y aclamados por una afición que abarrotó la Plaza Mayor para redondear un día que todos tardarán en olvidar.
La ciudad de Vila-real se echó ayer a la calle para festejar el ascenso del filial amarillo a Segunda División. El domingo apenas fueron 400 los afortunados que pudieron celebrar esta proeza con los de Juan Carlos Garrido en el estadio de La Victoria de Jaén, pero ayer se contaron por miles los seguidores amarillos que quisieron estar al lado del mini-Submarino en una jornada tan especial. Tras regresar durante la jornada de ayer de tierras andaluzas, los festejos para el Villarreal B arrancaron pasadas las 20:00 horas en El Madrigal. Allí, la plantilla y el cuerpo técnico se montaron en un autobús descapotable con el que comenzaron un recorrido por las principales calles de la ciudad.
Su primera parada llegó en la ermita de la Mare de Dèu de Gràcia, donde realizaron una ofrenda floral que también repitieron en la Basílica de Sant Pasqual, a la que se dirigieron a continuación. El recorrido del autobús amarillo finalizó en el Ayuntamiento de Vila-real, donde fueron recibidos por el alcalde Juan José Rubert. Además, salieron al balcón para saludar a los seguidores amarillos que les esperaban con el objetivo de poder celebrar un ascenso histórico que esta próxima temporada convertirá al Villarreal en el único club con dos equipos en el fútbol profesional.
Fue en el balcón, y ante más de 2.000 aficionados que llenaban la Plaza Mayor, cuando se vivieron los momentos más emotivos. Al grito de "¡ahora a Primera!", los futbolistas amarillos fueron vitoreados para unos seguidores entregados. Uno de los más emocionados fue Pascual Donat, segundo técnico de Juan Carlos Garrido, y que en diez años puede presumir de haber subido a Primera con el primer equipo y a Segunda con el filial.
Precisamente, el técnico amarillo reconoció uno de los detalles de este ascenso. Y es que, cuando se marchaban en autobús a festejar este éxito en Jaén, recibió la llamada de Manuel Pellegrini. "Me sorprendió y es algo que me llena de orgullo, un gran detalle. Me dijo que habíamos hecho un gran trabajo y que lo merecíamos", apuntó el técnico, uno de los más felices en una noche que terminó con una cena en el Restaurante Entrelíneas.
Roig, encantado. "Hemos pasado de jugar en Segunda Regional a hacerlo en Segunda División en diez años. Es una circunstancia para detenerse a analizarla", recordó Fernando Roig a la hora de valorar el éxito del filial, dentro de la apuesta del club por el fútbol base. "Nuestro proyecto comenzó con la ilusión y la idea de que la cantera era vital y clave para el futuro del equipo y de este proyecto. Ahora hemos logrado llevar al equipo filial lo más arriba posible. Tenemos gente joven y de mucho nivel, que hará que nuestros jugadores crezcan como futbolistas y disfruten de una categoría como la Segunda División", recordó el presidente, una de las personas más satisfechas con este ascenso. "Van a pasar muchos equipos grandes por la Ciudad Deportiva y los aficionados del Villarreal podrán ver fútbol de nivel todo el año", insistió Roig.
El máximo dirigente del Submarino también confirmó que el filial amarillo jugará la próxima campaña en el mini estadi de la Ciudad Deportiva, aunque se acometerán una serie de reformas para adaptarlo a la categoría. De paso, entonó el ascenso del B como el mejor atractivo para la campaña de abonos que acaba de arrancar. "No hay mejor reclamo para los aficionados, que pedían un fichaje, que tener un equipo entero", concluyó.
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