Kaká se despide de Italia: "Le debo mucho al Calcio"

S e cumplen hoy 39 años de la mítica final de México 70, con O Rei como protagonista y vencedor, entre Italia y Brasil. Luego llegaría España 82 y la sonrisa de Paolo Rossi en Sarri y 12 años después veríamos las lágrimas de Baggio tras fallar el penalti decisivo en la final de EE UU 94. Lippi dice que este choque es "el derbi del mundo". Pelé lo llama "el partido". Esta noche, en el lugar más lejano y neutral, italianos y brasileños vuelven a cruzar sus laureados caminos de tetra y pentacampeona del mundo. Será un ensayo con sangre, de verdad. A Brasil le vale el empate para pasar como primera de grupo a las semis de la Confecup. A Italia podría no bastarle ni con la victoria para clasificarse. Depende de Egipto.

Las cuentas, enrevesadas (podría darse incluso un sorteo), están a la derecha. Centrémonos en el espectáculo, los protagonistas. Kaká sobre todo. Futbolísticamente, parece probable que el fantasista brasileño se despida hoy de Italia, país en el que se definió como el gran futbolista que es, no sólo de estética viven los cracks. A su calidad, innata, el Calcio le añadió virtudes como la capacidad de liderazgo, las ganas para defender, la profesionalidad extrema... Todo eso, seguramente, lo ha adquirido Kaká durante sus seis años en el Milán. "Ya no jugaré más allí, pero me siento muy italiano. Le debo mucho a ese país, buena parte del jugador que soy", dice el brasileño. "Brasil y España son favoritas, pero también Italia. Por eso hay que jugar este partido con mucho respeto", añade.

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