Randy Veterano
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| Tema: Tenía que ser Iniesta Jue Mayo 07, 2009 9:58 pm | |
| Un golazo del manchego en el minuto 93, y en el primer tiro entre los tres palos de los azulgrana, castigó la mezquindad del Chelsea. Andrés Iniesta, la estrella más callada y humilde del universo, subió en peldaño más en la escalada que puede guiarle hasta 'Balón de Oro'. Así, con mayúsculas. Moría el Barça en la orilla de Stamford Bridge, incapaz de probar en todo el partido a Cech, preso de la ansiedad, de una volea colosal de Essien y del brutal entramado defensivo del Chelsea, pero apareció el manchego para ejecutar a los londinenses con un derechazo extraordinario cuando ya nadie se lo imaginaba. El tímido niño de Fuentealbilla se convertía en un 'matador'. Cosas del destino, del loco, maravilloso y cruel mundo del fútbol que en un suspiro te traslada de la gloria al infierno. Sin tránsito. Un premio a la paciencia azulgrana, a su ideario futbolístico, y un castigo brutal a un equipo de Hiddink que ciertamente pudo golear, que se puede quejar y con razón de un árbitro noruego pasado de peso que le escamoteó dos penaltis por manos claras de Piqué y Eto'o, pero que acabó preso de su mezquindad. Intentó sacar provecho máximo de los detalles, de los desajustes del rival y de su tremendo poderío físico, pero se retrató cuando, con 1-0 y el Barça en inferioridad por la expulsión de Abidal, Hiddink retiró a Drogbá para cerrar todavía más su trinchera defensiva con Belletti. Por más que los resultados manden y que el Barça sufriera cortocircuitado por los 'bleus', un equipo que propone algo así en semifinales es indigno de alcanzar un posible título de campeón de Europa. Este Barça es el único capaz de discutir la hegemonía inglesa. Denominación de origen Definitivamente, es el año del Barça, del posible triplete. Está de dulce. En su peor día de la temporada, incluso con el planteamiento más discutible de Guardiola y muy mermado por las bajas de Puyol, Márquez y sobre todo Henry, tuvo la enorme virtud de seguir fiel a su filosofía hasta que se encontró con ese pase final de Messi que el emperador de Fuentealbilla, de Cataluña, de la España futbolera que no entiende de odios ni rencores, transformó en un gol inolvidable. Un rey manchego con denominación de origen. Cuatro días después de endosarle un set al Real Madrid con un fútbol galáctico, el Barça ganó otra final. Pero de forma épica. Lo de Iniesta deja aquel gol milagroso de Bakero en Kaiserslautern, en los octavos de final de la Copa de Europa de 1992, casi en anécdota. El chupinazo decisivo llegó cuando el Barça moría de mala manera, incapaz de hacer un gol en toda la semifinal. Dominaba, tocaba y tocaba, pero jamás una posesión resultaba tan estéril. Salvo Iniesta, todos los jugadores del Barça actuaron muy por debajo de su nivel. Guardiola no pudo o no supo recomponer bien el equipo y tardó una eternidad en introducir algún cambio, ya que el primero fue Bojan por Busquets a falta de cinco minutos. Se le moría la Copa de Europa al Barça ante un Chelsea rocoso. Pero la el deporte y la vida ofrecen estas oportunidades. Con jugadores como Iniesta, vale apenas disparo para cazar a la presa. Guardiola se decantó al final por retrasar a Touré Yayá. Tenía su riesgo, pero pensó que así se evitaba hacer otro cambio en defensa y tener que introducir a Sylvinho en la izquierda. Sergio Busquets ocupó el lugar de Touré como medio defensivo y Keita entró en el once por Henry. Por muy bien que juegue el Barça, las tres bajas suponían mucha merma en un momento cumbre y ante un adversario repleto de tiarrones que meten miedo. No eran buenas noticias para el Barça, que enseguida vio lo que ya se temía, un Chelsea pertrechado atrás. De pronto, Essien, un portento defensivo que se prodiga poco en ataque y apenas utiliza su pierna izquierda, agarró un zurdazo estratosférico que golpeó con violencia el travesaño y superó a Valdés. Un mazazo tremendo del que era difícil reponerse. El Barça se veía incapaz de desbordar por banda. Era un embudo. La segunda mitad se desarrollaba con las mismas trazas. Balón del Barça pero monopolio de llegadas 'blues'. No había forma de encontrar algún resquicio por la telaraña londinense. Hasta Anelka se parecía más a Lass que a un delantero desbordante. Un sinfín de toques del Barça que acababan, una y otra vez, en un mal centro de Alves, alocado toda la noche. No era el día de Messi, menos todavía de Eto'o. Cech sólo sacaba de puerta mientras Valdés salvaba con el pie un remate de Drogba y Abidal era expulsado. Con todo a favor, Hiddink quitó a su referencia. Craso error. El gol de Iniesta, pasa la historia. del Barcelona. CHELSEA1 - BARCELONA1 Chelsea: Cech; Bosingwa, Alex, Terry, A. Cole, Ballack, Essien, Anelka, Lampard, Malouda y Drogba (Belletti, min.72). Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Touré Yaya, Abidal, Busquets (Bojan, min.85), Xavi, Keita, Iniesta (Gudjohnsen, min.90+5), Messi y Eto'o (Sylvinho, min.90+7). Goles: 1-0: m.9: Essien, 1-1: m.90+3: Iniesta Árbitro: Tom Henning (NOR). Mostró cartulina amarilla a Alves (min.30), Essien (min.74), Alex (min.77), Eto'o (min.91) y Drogba (con el partido ya concluido) y roja a Abidal (min.66). Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en Stamford Bridge ante 42.000 espectadores, unos 3.000 de ellos aficionados del Barcelona Fuente: El Diario Montañes | |
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