Paco Chaparro se despidió ayer de sus ya ex jugadores en medio de cierta indiferencia por parte de unos profesionales que no estaban con él. Con su sucesor en el banquillo, Josep María Nogués, (hasta ahora técnico del Betis B) tuvo un saludo 'políticamente correcto'. Le deseó suerte.
Nogués se ha comprometido por lo que queda de temporada y seguirá otra más si el Betis se mantiene en Primera. Su rueda de prensa de presentación fue absolutamente multitudinaria (había hasta dos periodistas alemanes que vinieron para entrevistar a Odonkor). "Para mí es una oportunidad, pero por otra parte estoy con la tristeza de que sea por el cese de un compañero".
El técnico catalán dijo también que había sentido "una emoción especial cuando he entrado por primera vez en un vestuario que está lleno de grandes jugadores, muchos internacionales. Agradezco a Lopera esta ocasión de poder cumplir un sueño que es el de entrenar en Primera, a un equipo como el Betis, con una de las mejores aficiones de España. ¡Qué bonito fue ver el sábado a más de 2.000 personas acompañando a los futbolistas en aquella marcha verde! Hay que tocar esa tecla para que despierte el vestuario".
Nogués lo tiene claro:. "El equipo se va a salvar y después quiero ayudar para hacer un Betis grande. Voy a ir a muerte. Nogués tendrá como segundo entrenador a Juan Merino".
Los jugadores trabajaron con una muy superior intensidad
Josep María Nogués no tuvo tiempo de diseñar su primera sesión como nuevo entrenador del Betis. Pero muchas fueron las cosas que cambiaron de un día para otro. Paco Chaparro había decidido (antes de conocer su cese, naturalmente) disponer una sesión a puerta cerrada. Buscando tranquilidad y tratando de alejar a su equipo (y a él mismo) de las iras de la afición). Pues bien. Nogués optó por lo contrario. Entrenamiento abierto para la afición. ¡Más de 600 personas! Y la gente, con un nuevo aire de ilusión que se trasladó a los jugadores, más sonrientes, y que se emplearon con mucha más intensidad que en días precedentes. Este es el nuevo aire que Lopera ha pretendido inculcar al equipo con un cambio de entrenador que cada vez era más necesario. El Betis se despeñaba de cabeza hasta Segunda División.
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