Javier Fernández debuta hoy, con 17 años, en el Campeonato del Mundo de patinaje artístico sobre hielo que se celebra en Los Ángeles, donde su objetivo es "clasificarse entre los 24 primeros" para poder ser el primer español en estar en unos Juegos Olímpicos de Invierno.
En el pasado Campeonato de Europa de Helsinki, Javier fue undécimo, la que históricamente es la mejor clasificación de un español en este torneo. Al ritmo de la banda sonora de la película Matrix, dio una exhibición inesperada y se quedó a 28 centésimas de meterse entre los diez primeros. "Si lo hubiera conseguido, el año que viene hubiéramos podido ir dos españoles, algo que hubiera sido histórico también, porque nunca ha sucedido", comenta con cierta resignación.
Su clasificación podría haber sido mejor, si no hubiera sufrido un incidente: "Después del calentamiento me quité los patines y cuando volví a la pista me había puesto mal un cordón, que se me salió del corchete donde va enganchado. Son cosas que pasan". Javier tuvo que parar para ponérselo bien y le penalizaron con dos puntos. "Antes no se castigaba, pero algunos lo hacían a propósito y lo utilizaban como excusa para descansar".
El madrileño, al que llaman el Lagartija, porque "era pequeño y rebelde", se inició en el patinaje cuando su hermana comenzó a practicarlo: "Ella empezó a patinar en pista pequeña, lo vi y me gustó. He probado muchos deportes: fútbol, tenis, hockey pero al final me decidí por el patinaje porque se desarrolla sobre una superficie diferente a lo habitual y me parecía muy divertido".
Con Nikolai Morosov.
Ahora vive en Nueva Jersey, donde se ejercita en un centro de alto rendimiento. Nikolai Morosov, un entrenador ruso de gran prestigio internacional, se fijó en él y se lo llevó a la ciudad norteamericana. "Allí las condiciones son mejores, estamos en un complejo con cuatro pistas. En Estados Unidos todo es más fácil, hay mejores instalaciones y mejores profesores. Puedo entrenar todo el día sobre el hielo y en Madrid no", afirma con envidia. Para Javier estar con Morosov es una garantía de éxito. "Con un buen entrenador, los jueces te miran diferente. Si tiene prestigio y le conocen, piensan que eres bueno porque si no, no estaría contigo", reconoce.
"El patinaje es un deporte que le gusta a la gente, que lo ve por la tele, pero nadie sabe que participan españoles. Hay que ganarse un nombre poco a poco para que la gente te siga", reconoce Javier. Otra española, Sonia Lafuente, también de 17 años, compite mañana para intentar mejorar la trigésima plaza lograda la pasada temporada en el Mundial.
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