Joan Laporta dejará la presidencia del Barcelona el año que viene, obligado por la letra de los estatutos del club, que le impiden otra reelección. Para entonces espera tenerlo todo atado y bien atado, desde su sucesión -que podría pasar por elegir a un delfín que surgiría del trío de directivos formado por Joan Boix, Jaume Ferrer y Joan Franquesa- hasta la continuidad de sus ejecutivos más preciados. En este grupo se encuentra el secretario técnico, Txiki Begiristain, amigo de Laporta y de su consejero Johan Cruyff.
Laporta afirmó públicamente que espera que Begiristain siga en el cargo "un par de años más" cuando se le acabe el actual contrato, el 30 de junio de 2010, por el que percibe una ficha de tres millones de euros anuales. "El límite no va a ser 2010, porque Txiki ha presentado cada año una propuesta deportiva muy competitiva, que ha generado entusiasmo y alegría en el socio. El balance de los resultados deportivos es muy bueno. Se merece la renovación y se lo ha ganado a pulso", dijo el presidente, secundado por Cruyff.
Percepciones.
Todo depende del cristal con que se mire. Un amplio sector de la opinión pública considera que el balance deportivo de Begiristain en la secretaría técnica es mediocre. Coinciden con esa percepción varios representantes de la oposición, que consideran que "Laporta hipoteca el futuro del club prorrogando el contrato de un cargo tan importante como ese, a un año de su salida del club".
Begiristain es uno de los pocos supervivientes de la profunda remodelación de la estructura profesional que Laporta ha llevado a cabo desde que se vio sometido a un voto de censura, el pasado mes de julio. Desde la directora general hasta el responsable del canal temático del club, Laporta ha removido de su cargo a los directores de las áreas de Seguridad, Finanzas, Tecnología de la Información y Comercial, y ha cambiado al máximo gestor de la Fundació.
Mientras tanto, Begiristain no ha dicho ni una palabra, por lo que habrá que esperar al descanso del partido ante el Málaga, cuando comparezca en calidad de comentarista privilegiado, para conocer su opinión. De momento, ha filtrado a algunos medios que no piensa aceptar la renovación, aunque todo parece un sondeo de la opinión pública.
En declive sin Sandro Rosell
Los fichajes del secretario técnico del Barcelona conocen un antes y un después de la dimisión del vicepresidente Sandro Rosell (junio de 2005), factótum del equipo que ganó dos Ligas y una Champions (2004-06). Desde entonces, Txiki ha invertido 194 millones con pobre rendimiento.
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Fuente:As