Primera emoción: se enfrentan un equipo que persigue ferozmente, el Real Madrid, y otro que escapa desesperadamente, el Espanyol. No son enemigos directos, más bien aliados ocasionales, pero el encuentro es vital y no sabe de afectos. Llegados a este punto, bien podríamos repetir el saludo que dedican los zapateros de cemento a sus víctimas antes del chapuzón definitivo: no es de nada personal, sólo negocios.
Segunda emoción: el Madrid viene de perder contra el Liverpool, lo que equivale a jugar con una quemadura reciente. El efecto de esa derrota se mide hoy. Tercera: el Espanyol se presenta después de haber vencido al Barça en el Camp Nou (1-2), el primer triunfo de un colista en campo de un líder en la historia de la Liga.
Hay más, mucho más. El Madrid, además de un reto, afronta también un problema filosófico. Con Robben el juego se distorsiona y con Huntelaar se ajusta. Esta noche ambos serán titulares. Después de la experiencia fallida de la Champions, Juande recupera el dibujo que le ha dado diez goles en dos partidos. Lo más lógico sería que Robben jugara por la izquierda en lugar de Marcelo, pero ayer el entrenador ensayó con él por la derecha. Veremos.
Pero hay más jugosas novedades. Guti sustituirá al lesionado Gago (esguince en el tobillo derecho), lo que enciende el debate porque Gutiérrez no inspira juicios moderados. Contra el Liverpool salió media parte y la jugó enteramente mal. Sin embargo, todavía hay quien piensa (yo soy uno y ya quedamos menos) que en su cabeza reposa el plano del tesoro, el fútbol del Madrid. Los números, no obstante, disparan contra sus partidarios. Sin Guti, el equipo suma diez victorias y un empate. Con él, cinco triunfos y cinco derrotas.
Oxígeno.
No se esperan más cambios, aunque parecerían sensatos. El Madrid viene de disputar un partido intenso y podría acusar el cansancio. Además, jugadores como Sneijder o Van der Vaart corren el riesgo de echarse a perder anímicamente, siguiendo el camino de Drenthe o Faubert. Da la impresión, en este sentido, de que Juande no está sabiendo manejar la sensibilidad de los suplentes. De otro lado, no estaría mal oxigenar a un jugador como Raúl, históricamente poco oxigenado: sólo ha sido suplente en 29 de los 477 partidos en los que ha participado (el 0,06%). Por cierto, el capitán está a un gol de los 219 de Quini en Liga.
En el Espanyol las cosas parecen más claras. Las situaciones de necesidad suelen concentrar los problemas en uno solo: salvarse. Y el equipo se encuentra a tres puntos de la salvación. Las claves de la remontada, por lo demás, se concentran en la influencia espiritual de Pochettino (seis puntos en cinco partidos) y en la futbolística de Iván de la Peña, dos goles contra el Barcelona.
Aunque Tamudo guardará turno en el banquillo, el pectoral que exhiben los pericos es propio de la Lollobrigida: Luis García, De la Peña y Nené. Con Iván Alonso en la punta. Será el mismo equipo que en el Camp Nou con Lola por Ángel.
El Espanyol, que no gana en casa desde el 2 de noviembre, busca su victoria 100 en Montjuïc (en 221 partidos), aspiración que se antoja ambiciosa si atendemos a las trayectorias de ambos equipos. El Madrid suma nueve triunfos seguidos, una racha sólo superada por los once triunfos consecutivos de la temporada 62-63 y los quince de la 60-61 (ambas con Di Stéfano, Puskas y Gento). El Espanyol, por su parte, sólo ha sido capaz de ganar esta temporada a Valladolid y Osasuna (siempre por 1-0).
Consecuencias.
Si el equipo de Juande logra el triunfo, el Barça saltará mañana al Calderón con el Madrid a sólo cuatro puntos, la distancia del pánico. Si el Espanyol salva su fortaleza habrá atrapado a Mallorca y Osasuna en su carrera por salvar el bigote. Perder resulta, para cada cual, un escenario tenebroso.
No habrá lleno (objetivo quimérico), pero se sueña con 40.000 pericos en las gradas y esta vez no se acepta el corazón partido.
Fuente:As.com