Europa es una realidad", se frotaba los ojos el Málaga después de ganar en Valladolid. Lo dicho, este es el cuento de Cenicienta pero en Málaga nunca dan las doce. Quedan 14 jornadas y ya es una certeza que el ejército de Tapia va a pelear por un objetivo absolutamente insospechado a principio de temporada y completamente disparatado hace un par de temporadas. Porque hace un par de temporadas, a estas alturas, el Málaga era un funambulista. Iba a saltar sin red a su desaparición. Pero eso es historia. Y lo de este año es una historia maravillosa y sobre todo verdadera. 39 puntos en la jornada 24. Quedan 14 partidos (lo ven a su derecha) y 42 puntos en juego. En medio, el espectacular Tourmalet. Antes, Recre y Getafe para intentar hacerse con un buen colchón de puntos. Y después de los cuatro grandes (Barcelona, Real Madrid, Sevilla y Villarreal son los cuatro primeros de la Liga), un carrusel de partidos de cuchillo en los dientes con los equipos que pelean por la permanencia. En medio, el partido ante el Deportivo, tal vez decisivo.
El Málaga marca a día de hoy la frontera con Europa con 39 puntos, así que puede calcular que la clasificación para la UEFA estará en unos 60, punto arriba o punto abajo. La Champions League estará algo más lejos. Es fácil recordar las palabras de Salva Ballesta hace pocos días. No es lo mismo salvarse y dejarse ir que pelear por Europa. Porque el Málaga todavía necesitaría casi el 50 por ciento de victorias para asegurarse una plaza europea. Significa que debe ganar mucho, pero tiene ventajas: el respaldo de la afición, que se va a volcar y, viendo tan cerca el objetivo, no va a fallar. Un Tourmalet con tres equipos (Barcelona, Real Madrid y Villarreal) con muchas opciones de seguir avanzando en la Champions, aunque el único pero para el Málaga es que la Liga se ha apretado ahora. Y esperan unas últimas jornadas duras, pero nadie sabe hasta qué extremo. Es posible que el Málaga juegue con rivales que se juegan la vida (Mallorca, Espanyol, Osasuna, Sporting), pero tal vez los partidos coincidan cuando haya equipos en zona muerta que no se juegan nada (Racing ó Betis).
Tapia prefiere en el fondo que el Málaga se mire a sí mismo, que nadie se despiste. Su discurso de puertas para adentro es muy ambicioso. A él le avala, y mucho, aquella segunda vuelta de hace cuatro temporadas. Entonces consiguió que su equipo estuviese hambriento hasta el final aunque ya tenía garantizada la permanencia. Ahora está incluso más justificado que entonces, porque hay un objetivo por el que pelear. Pero cuál: UEFA o Champions. Quién sabe. Entre los 60 puntos que se fijan como casi garantía para estar en Europa y la Champions no va a estar demasiado lejos. Y el Málaga es un equipo embalado, con el estado de ánimo perfecto, con una complicidad en el vestuario inmejorable. Con hambre. Es una oportunidad única. Que no la desaprovechen.
Fuente:As.com