Que el Panathinaikos regrese a Atenas con un valioso empate a uno en el bolsillo es un duro castigo para el Villarreal... y para el fútbol. Porque el Submarino puso el juego y las ocasiones; el toque y la imaginaci la magia y la insistencia. ¿Y el Panathinaikos? Pues se limitó a acumular hombres atrás, a esperar ordenado las ofensivas amarillas y a soñar con alguna acción aislada para marcar un gol. Pobre apuesta la de Ten Cate, que dejó claro que, a pesar de trabajar al lado de Frank Rijkaard, nada aprendió de su compatriota en cuanto a fútbol ofensivo. Pero si la apuesta le funcionó en la liguilla en Bremen ante el Werder y en San Siro contra el Inter de Milán (0-3 y 0-1), debió pensar que por qué no repetirla en El Madrigal. Salió vivo el Panathinaikos ante el aluvión de ocasiones de los de Pellegrini, condenados por su error en el remate o por las intervenciones de Galinovic y, de paso, se encontró con un gol (un golazo) en uno de sus escasos disparos a puerta. Resultado: 1-1, eliminatoria abierta y obligación para el Villarreal de ganar en Atenas.
El pitido inicial dio paso al guión esperado. Balón para un Submarino que empezó a hacer méritos para adelantarse en el marcador. Pero Karagounis sorprendió en el segundo acto con un golazo desde la frontal. Igualó Rossi de penalti, pero ya no llegó el segundo.
El detalle. Siguen invictos en el madrigal
A pesar de que el empate dejó un sabor amargo, el Villarreal sigue invicto en Champions en casa: cinco victorias y seis empates.
Fuente:As.com