La Cataluña culé celebró el empate en campo del Lyon (1-1) como si se hubiera tratado de un triunfo. El gol de Thierry Henry maquilló en parte una pésima primera parte del Barcelona, y la parroquia blaugrana confía en que el empate será suficiente para sentenciar la eliminatoria de octavos en el Camp Nou. Sin embargo, la historia señala lo contrario.
Dos veces encaró el Barça una ronda de la Champions League tras un 1-1 en el partido de ida, y en ambas ocasiones quedó eliminado. La primera data de la edición 1992-93, cuando ostentaban el título de campeones: el CSKA de Moscú se cruzó también en los octavos de final y liquidó al Dream Team de Johan Cruyff con una remontada colosal tras ir perdiendo 2-0 en el Camp Nou.
Mal recuerdo.
La segunda eliminación culé es más reciente. La Juventus tocó en el sorteo de cuartos de final de la Champions, cuando Radomir Antic llevaba las riendas del Barça. Tras el 1-1 de la ida, el conjunto italiano visitó Barcelona y se adelantó con un gol de Nedved, que neutralizó Xavi, para que fuera el uruguayo Zalayeta, en la prórroga, quien liquidara las aspiraciones blaugrana.
Pep Guardiola tiene trabajo por hacer, en el campo y en la pizarra, pero sobre todo en el terreno psicológico. El Barça lleva tres partidos seguidos sin ganar, (dos empates y una derrota) en los que siempre ha quedado por detrás en el marcador y se ha visto incapaz de remontar.
Nunca han eliminado a un enemigo francés
Quienes quieran ver el vaso medio vacío en la eliminatoria entre Barcelona y Lyon tienen argumentos también en la historia particular que los blaugrana han escrito en las competiciones continentales ante rivales franceses. Nunca ha podido el Barça dejar en el camino a un enemigo del país vecino en una eliminatoria. Estrasburgo (que se decidió a cara o cruz después de tres empates consecutivos), Niza, Metz y Paris Saint-Germain liquidaron al bando culé, que se sacó la espina ganando la final de la Recopa 1996-97 ante el PSG (1-0), de penalti.
Fuente:As.com