El 13 de abril de 1958 se disputaba el GP de Syracuse (Sicilia), prueba no puntuable para el Mundial, y Maria-Teresa de Fillipis terminó quinta. Su actuación no pasó inadvertida y le dio una oportunidad ni siquiera valorada para una mujer hasta entonces: poder disputar una carrera del calendario oficial de la F-1. Fue en Spa (Bélgica) menos de dos meses después y la brava italiana acabó décima.
Fue la pionera asomándose a un coto cerrado de hombres. Pero no logró su propósito. Tras ella sólo cuatro más buscaron su mismo sueño. Su compatriota Lella Lombardi estuvo cerca de hacer carrera en F-1. Corrió doce grandes premios y fue la única mujer en puntuar (0,5), en el GP de España de 1975. Han sido las dos únicas que han formado parte de una parrilla de salida, aunque hubo otros tres intentos serios.
El primero fue protagonizado por Divina Galica, una fantástica atleta británica que había participado en tres JJ OO de invierno en esquí. Intentó disputar el GP de Gran Bretaña en 1976 (coincidió con Lombardi), pero no lo logró. Dos años después realizó dos nuevas tentativas fallidas. Algunos lo achacan a su insistencia en lucir el dorsal 13. Menos conocida fue Desiré Wilson que lo intento con un Williams en 1980, pero tampoco pudo. La última en quedarse en la antesala fue Giovanna Amati que probó tres veces en 1992 con un Brabham.
Ahora surge con fuerza el nombre de Danica Patrick para 2010 al volante del proyecto estadounidense USF1. Su talento al volante unido a su belleza física (rechazó un cheque en blanco para ser portada de Playboy) le colocan en la plataforma de salida perfecta para un mundo en el que la publicidad y el márketing son fundamentales. Y más en un momento de profunda crisis donde es tan difícil lograr patrocinadores...
Fuente:As.com