Por si había alguna duda, el Sporting se encargó de aclarar que esta liga es cosa de dos. El Sevilla sucumbió ante un Sporting que aguantó con diez toda la segunda mitad y se retiró de la lucha por el título. Un bonito tanto de Diego Castro en la primera mitad, y la seriedad defensiva asturiana, reforzada por una exhibición de Lafuente, fue suficiente para tumbar a los de Jiménez, que pagó tener la mente puesta en las próximas semifinales de Copa ante el Athletic.
Cualquiera aseguraría la distracción de los sevillanos si echa un vistazo a la primera mitad de los de Jiménez. Entre las bajas obligadas y las consensuadas por el cuerpo técnico, el Sevilla salió debilitado a El Molinón. Y ello lo aprovechó un gran Sporting, que pasó por encima de los andaluces en la primera mitad.
Canella despierta al Sevilla
Un dudoso penalti por mano de Escudé fue desaprovechado por Bilic para abrir el marcador. Era un claro aviso del dominio asturiano. Unos diez minutos después, Diego Castro finalizaba con un cabezazo picado un preciso centro de Carmelo. Los de Preciado se fueron a por más; el Sevilla estaba totalmente noqueado.
Sólo la fortaleza defensiva de los sevillanos, reforzada por la presencia de Fazio en la zona ancha, evitó un mal mayor. También aportó lo suyo Canella, que decidió cambiar el choque con una entrada tan dura como innecesaria sobre Capel.
La desafortunada acción del lateral sirvió de estímulo a su rival, que se fue a por el empate con más ímpetu que fútbol. Dos jugadas a balón parado y un mano a mano de Chevantón pudieron dejar el choque igualado antes del paso por los vestuarios.
Lafuente se convierte en protagonista
Jiménez vio que el choque se podía levantar y dio entrada a Kanouté y Acosta en la segunda mitad. Con el de Mali, como siempre, el Sevilla ganó mayor presencia ofensiva. El espigado delantero es fundamental para los andaluces. Una vez más ,quedó demostrado.
Dos ocasiones suyas, otra de Acosta y otras dos de Navas fueron desbaratadas por el hoy agraciado Lafuente. El Sporting también tuvo sus ocasiones para ampliar el resultado, pero tampoco estuvo fino ante Palop.
Sí lo estuvo en lo que siempre le ha faltado a los de Preciado esta temporada: oficio. Picardía para enfriar el choque, perder tiempo o temporizar en las jugadas de ataque. Para cortar los ataques rivales con faltas cuando se abren huecos, para finalizar los contraataques y no dar la oportunidad al rival. En definitiva, la experiencia que dan los partidos en la categoría a la que, por cierto, los asturianos se aferran poco a poco.
Fuente:Marca