"¿De donde ha sacado el Betis a este jugador?" Esto fue lo que preguntó Sergio Kresic a quien esto escribe, admirado por el talento y prestaciones de un futbolista como la copa de un pino llamado Mehmet Aurelio. "Es impresionante" agregó. Kresic estaba abatido. "Mis jugadores se merecen un monumento, por la actitud, por su esfuerzo, por su profesionalidad". Y en ese instante, Francisco Rubio, presidente del Numancia, y todos sus consejeros se cruzaron con su entrenador en la zona mixta aneja a la sala de prensa. "Ánimo míster" le dijeron. Y no sonó a la típica ratificación antesala de un cese. Le apoyan. Están con él. ¡Don Sergio se lo merece!
Pero como bien decía Kresic, el Numancia-Betis de ayer tuvo como excelso protagonista en este genial Marco Aurelio, que en su día se puso de nombre Mehmet, cuando se nacionalizó turco, en honor de un conquistador otomano (Mehmet II). Y él solito conquistó Numancia en un espantoso partido de fútbol. Valoración inversamente proporcional a los seis goles anotados. Y es que el Betis, tras una racha de perder jugando de maravilla, en este ocasión goleó haciendo un juego deplorable... pero le ayudó que el Numancia estuvo todavía peor.
Los sorianos se adelantaron en el marcador con un gol de Del Pino, que se quedó sólo tras una acción donde Casto (sin duda su peor partido desde que ascendió al Betis) erró por dos veces. 1-0. Minuto 27.
El júbilo duró poco en Los Pajaritos. Un inocente penalti de Boris sobre Pavone, transformado por Emaná, puso unas tablas que el Betis fulminó de manera sorprendente, cuando peor jugaba, en un increíble minuto de prolongación cuando la primera parte agonizaba. Dos goles seguidos. Uno de Juanito tras cabecear una falta lanzada por Fernando Vega y a renglón seguido otro de Aurelio que se tragó Juan Pablo. Un descanso que apuntaba a 1-1 concluyó con 1-3. ¡Esto es el fútbol! Las cosas se pusieron demasiado cuesta arriba para los locales.
El gol de Barkero a los 55 minutos, tras una lujosa acción de Quero puso las cosas en un apasionante 2-3. Metió emoción y el miedo en el cuerpo a un Betis que sólo al final, con los de Kresic volcados en busca del 3-3, mostraron algo de arte. A falta de cinco minutos vino lo mejor. Maravilloso gol del emperador Mehmet Aurelio. Su disparo se coló por toda la escuadra. Trajo la alegría a la hinchada verdiblanca y la desolación a un Numancia que se mete de lleno en el hoyo. Clos Gómez (excelente colegiado, será el sucesor del asturiano Mejuto González, al tiempo) dio el pitido final. El Betis sacó como lección que jugando mal también se puede ganar (así es la vida) y el Numancia... que debe apretar para no alejarse de la zona de salvación.
Fuente:Diario As.com