Anochecía ya en el circuito de Fuji cuando el canal italiano de pago Sky Sports, comenzaba una entrevista a Fernando Alonso. El asturiano se presentaba riendo y bromeando, reiterando que estaba "de acuerdo con la sanción a Hamilton". "Aunque no he visto lo que ha pasado, me parece justa”, decía en su perfecto italiano aprendido en su adolescencia de carreras de kárting en el país transalpino. Al acabar los minutos de grabación, el cámara decía: "Bravo, Alonso, el più grande". A día de hoy, Italia entera sólo tiene una esperanza para que el título Mundial acabe en las vitrinas de Ferrari y desean fervientemente que Fernando llegue cuanto antes a la escuadra de Maranello.
La opinión es generalizada entre la prensa. Vienen a decírnoslo constantemente a los españoles, convencidos de que Luca Cordero di Montezemolo, presidente de la Scuderia, se equivoca, que ha renovado a Kimi Raikkonen y va a pagarlo caro y que esperan que entre en razón a la vista de los acontecimientos sucedidos la presente temporada. Pero lo que más sorprende es algo que MARCA supo el domingo antes de la carrera japonesa. Los padres de Felipe Massa confían en Fernando para que ayude a su hijo contra Lewis Hamilton, a la vista de la desidia que muestra Raikkonen a la hora de plantarle cara al piloto inglés.
Pese a aquella escena de Nürburgring de 2007, en aquél Gran Premio de Europa, en la que Fernando recriminaba a Felipe por un toque previo a que fuese adelantado y el famoso "vete a cagar…" que le contestó Massa en portugués, ambos pilotos hace mucho que saldaron sus cuentas. Fue en un partido de fútbol en el estadio del Galatasaray, el Ali Sami Yen de Estambul, en el que Fernando le buscó con treinta pases desde el centro del campo a la posición de delantero en la que estaba el brasileiro y ambos se abrazaron al final del partido cerrando cualquier tipo de herida entre los dos.
Tibio saludo
Por el contrario, Hamilton y Massa siempre han sido dos de los pilotos más cercanos, pero esta lucha por el título y la acusación del domingo de Lewis de haberle tocado deliberadamente después de haberle adelantado en la chicane parece que abrirá una brecha insalvable entre ambos. La imagen del saludo posterior a la carrera en el pesaje oficial de la FIA, sin siquiera mirarse, así lo empieza a ilustrar. Por contra, maniobras como la estupidez del desdoblaje de Lewis sobre Fernando en la última vuelta de la carrera de Japón no benefician precisamente una posible neutralidad del piloto español. Hamilton tiene alguien más, un invitado inesperado del que deshacerse en las dos carreras que quedan. Cosas del destino.
Luego hay otra imagen de Fuji, la de Raikkonen casi dormido en la rueda de prensa posterior a la carrera, que enerva a los tifosi. Es la imagen del desinterés, el pasotismo y la abulia. La cosa ya no va con él una vez casi decidido su Mundial, esto es que no podrá revalidar su corona. En Italia también quieren el título de constructores pues es una distinción que se valora mucho en el país de la bota y para lograrlo sí necesitan al finés, aunque confían más en que el ovetense le reste puntos a McLaren-Mercedes que en los puntos que logre el nórdico.
Futuro no escrito
Fernando por el contrario está más activo que nunca. Se resiste a anunciar su destino en 2009, porque no da el mercado por cerrado pese a que casi todos los asientos parecen cubiertos. Aunque no lo diga públicamente, el bicampeón alberga aún una mínima esperanza de pilotar para Ferrari el próximo año. Muchos son los guiños a la escudería del Cavallino rampante en lo que va de año. Desde aquél "si Ferrari me quiere me tendrá" hasta el "si puedo ayudar a Massa, seguro que lo haré".
Fernando quiere hacerse perdonar alguna ofensa si la hubiere del pasado, sobre todo los roces con Michael Schumacher en el Mundial que ambos se disputaron en 2006, y demostrar que su corazón es rojo y que quiere una oportunidad de demostrarlo. El futuro inmediato de Fernando Alonso aún no se ha escrito.
Fuente:Marca.com