La destitución de Manolo Zambrano como técnico del Recreativo de Huelva es la primera que se produce esta temporada en la BBVA. La directiva del club albiazul consideraba que la situación deportiva es "preocupante", sin olvidar que tan sólo se llevan transcurridas seis jornadas.
Los onubenses han sumado un total de cuatro puntos, los mismos que Numancia y Osasuna y únicamente se encuentran peor clasificados el Sporting de Gijón y el Betis.
No resulta extraño que los socios pidan a gritos (o con pañoladas), un cambio de sistema, más esfuerzo a sus jugadores e incluso la destitución del entrenador y por ello, son ya varios los preparadores que ven cómo sus puestos corren peligro.
José Ángel Ziganda, entrenador de Osasuna, ve cómo el equipo rojillo es, junto al Betis, el único conjunto de la Liga BBVA que no conoce la victoria en la temporada 2008/2009. Así pues, 'Cuco' Ziganda y Paco Chaparro (Betis), son los ocupantes de los banquillos más 'calientes'.
Por otro lado, técnicos como Preciado (Sporting) o Muñiz (Racing), han conseguido respirar después de sus victorias ante Mallorca y Osasuna respectivamente, mientras que Kresic (Numancia) ve cómo, después de dar la sorpresa ante el Barcelona en la primera jornada (1-0), no han podido llevarse los tres puntos.
Mal presagio
En la temporada pasado fueron destituidos los técnicos de los tres equipos descendidos. El Levante mantuvo a Abel Resines hasta la séptima jornada, tras la cual fue destituido con un punto en su casillero. Su sustituto fue Giovanni de Biasi, que abandonó el equipo por propia voluntad después de sentarse en el banquillo durante 25 partidos, tras lo cual fue José A. Moren el que acabó la temporada (seis partidos).
El Murcia destituyó a Lucas Alcaraz, nuevo técnico del Recreativo, tras la jornada 26, dejando su puesto a Javier Clemente, quien no fue capaz de mantener la categoría y ahora corre peligro después de un mal inicio en la Liga Adelante.
Por último, el Zaragoza formó un equipo con claras aspiraciones europeas, pero llegó la decimonovena jornada y Víctor Fernández se vio obligado a abandonar el banquillo maño, en decimosegunda posición, con tristeza por no poder haber podido sacar el máximo partido a una gran plantilla. Ander Garitano pasó casi inadvertido (un partido); Jabo Irureta estuvo seis partidos y se vio sobrepasado por la situación, por lo que Manuel Villanueva acabó por hacerse con el timón de un barco cuyo destino era hundirse.
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