Alinear a Iniesta sería un riesgo innecesario.

Las selecciones de Bosnia-Herzegovina y España cerrarán mañana miércoles su participación en la fase de clasificación para el Mundial de Suráfrica 2010 con los deberes hechos. El equipo que dirige Vicente del Bosque obtuvo con antelación el pasaporte para la fase final, mientras la selección balcánica se ha asegurado la segunda posición del grupo, lo que le permite la posibilidad de acceder al Mundial a través de la repesca. Es decir, nada estará en juego mañana en Zenica, por lo que correr riesgos sería de lo más absurdo.

Por diversos motivos, cinco internacionales han abandonado la concentración. Lesiones, sanciones y motivos familiares han provocado que Güiza, Xavi, Marchena, Cesc y Puyol ya no estén a las órdenes de Del Bosque, técnico que se ha quedado en cuadro para afrontar el trámite ante Bosnia. El seleccionador español ya anunció días atrás que no llamaría a ningún otro jugador para paliar las bajas. Parece lo correcto dada la intrascendencia del encuentro, como también parecería sensato no correr ningún riesgo con Andrés Iniesta.

El centrocampista sufrió un golpe el pasado sábado en Armenia en la misma zona que le obligó a estar unos cuatro meses en el dique seco. No parece nada grave y las pruebas realizadas han certificado que el de Fuentealbilla sólo padece un golpe sin importancia, pero asumir riesgos en un encuentro de nula trascendencia sería una temeridad, más sabiendo las graves consecuencias que el llamado virus FIFA acarrea en bastantes ocasiones.

Iniesta sólo realizó carrera continua en la sesión de entrenamiento del pasado domingo, mientras ayer no forzó pero ya se ejercitó junto al grupo. Iniesta no alza la voz, nunca en su impecable trayectoria le ha acompañado la polémica, pero el jugador es el primero en saber que no tendría ningún sentido correr riesgos a una posible recaida cuando la selección española no se juega nada mañana en Zenica. Además, los actuales campeones de Europa tienen potencial suficiente como para superar las últimas adversidades.