Frank Vandenbroucke, conocido con VDB, murió ayer a los 34 años en la habitación de un hotel de Senegal a causa de una embolia pulmonar. El ciclista flamenco, que gano 54 carreras, entre ellas la Lieja-Bastoña-Lieja y dos etapas en la Vuelta a España en 1999, tuvo una vida turbulenta durante la que se vio envuelto en casos de dopaje y drogadicción y en intentos de suicidio.
Su cuesta abajo comenzó tras su mejor campaña en 1999. La policia francesa detuvo al médico Bernard Sainz y Vandenbroucke apareció entre los implicados. La justicia le exculpó, pero Cofidis le suspendió seis meses. La decisión le generó una depresión y fue hospitalizado.
VDB volvió a ser detenido en 2002, esta vez en su país, después de que la policía encontrara en su casa clembuterol, EPO y morfina. El belga declaró que los medicamentos eran para su perro. La excusa no coló y fue suspendido seis meses.
Paralelamente a su relación con el dopaje, Vandenbroucke había caído en las drogas, en depresiones continuas y en problemas con sus esposa, Sarah. En julio de 2004 disparó una escopeta de caza al techo durante una discusión con ella y fue detenido.
Unos días después simuló un suicidio mientras que hablaba por teléfono con Sarah. En junio de 2007 ya no hubo tal simulación: VDB intentó acabar con su vida ingiriendo fármacos. "Las drogas le volvían muy violento, me ha pegado muchas veces... Por eso me fui de casa. Pasé siete años de infierno junto a él", declaró entonces su mujer.
En abril de 2008 publicó el libro "Yo no soy dios", donde acusaba a todo el pelotón de "tomar EPO". El presente año intentó volver por enésima vez a la competición en el equipo australiano Cinelli. Y volvio a fracasar.
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