Pues resulta que el ojo de halcón futbolístico de Ángel Torres (Recas, Toledo, 57 años) pudo haber cambiado el curso de la historia moderna. Conviene explicarlo así, de entrada:
"Guardiola pudo ser entrenador del Getafe hace año y medio. Hubo un momento en el que Laporta pensó en Michael Laudrup como futuro técnico del Barça y de hecho hablamos acerca de esa posibilidad. Yo le dije que no había problemas para que negociase con el danés, a cambio de que yo intentara traerme para Getafe a un entrenador joven del que me hablaban maravillas en su filial, Guardiola, claro. Llegué a hablar dos veces con su agente, José María Orobitg, sobre esa oportunidad. Luego las cosas rodaron de otra forma y es evidente que Laporta dio en la diana y le tocó el gordo con Pep".
El resto de esa historia ya se conoce, que Laporta pasó de estar con pie y medio en la calle en una votación de censura que salvó por los pelos, a acabar, en fin, 'tritranquilo'. Menos sereno afronta el presidente azulgrana los últimos enfrentamientos con el Geta, el modesto club de la zona Sur de Madrid, sin ir mas lejos qué decir de aquel histórico revolcón copero en el Coliseum:
"Las relaciones institucionales del Getafe con el Barcelona son inmejorables, al igual que las mías personales con su presidente. Pero, sí, es cierto que Laporta me suele comentar que le da algo de pánico cada vez que aparecemos en su calendario. Y este sábado no cabe ni más emoción, ni más interés, ni más morbo. Sólo llevamos una jornada y esto es testimonial pero hemos arrancado los primeros en la tabla. ¿Un pronóstico? Me da el pálpito que le vamos a ganar al Barça 2-0".
Escribió un día Relaño en su columna que le intrigaba conocer el secreto de Torres, que tenía la impresión de que sabía algo a lo que la mayoría de los dirigentes no llegaba. Un milagro de seis años en la élite, sobreviviendo con dignidad y sin más apuros que los del año pasado, en los que se selló la salvación en la angustiosa jornada de Santander:
"El mérito del Getafe es que incluso en esos momentos de peligro, la mayoría de la gente del fútbol con la que hablaba, de presidentes a entrenadores o futbolistas, daban por hecho que el equipo no bajaría, que habíamos conseguido ya una especie de pedigrí, de cuajo en la Liga española. A ver si no pasamos esta vez apuros y tratamos de llegar a una tercera final de Copa, creo que el fútbol le debe una al Getafe tras dos finales perdidas. Y si podemos apretar a alguno de los de arriba y nos colamos en el sexto puesto, sería un año grande. Soñar no cuesta".
Economía y listeza.
No se trata de exagerar el elogio, pero la realidad es tozuda. Y todo tiene unas claves:
"Este club lleva seis años seguidos dando beneficios. ¿Reales? Sí, sí, de los de verdad. Y ninguno de nuestros consejeros ha tenido que poner un duro. Yo no voy a estar aquí toda la vida y alguna oferta de compra ha habido, como la de un empresario dispuesto a comprar la licencia para Extremadura, dónde el fútbol no acaba de ascender. Y todo eso pese a que cada temporada hay que mover la plantilla en una decena de nombres porque el Getafe necesita vender. Luego hay que acertar en los fichajes. Esta temporada tenemos un presupuesto de unos 36 millones de euros, de los que 18 nos llegan por nuestro acuerdo con la Sociedad televisiva con Cajamadrid y Telemadrid, aunque lo del lío de las teles es otra historia. Me gustaría que se arreglara por el bien de todos, no podemos seguir con el espectáculo que estamos dando, en fin... Curiosamente, es el año en el que menos número de fichajes hemos hecho, siete por unos 12 millones de euros, justo lo que hemos sacado por las ventas. Se han ido Uche al Zaragoza y Granero al Madrid, amén de las cesiones de Kas al Besiktas, un central que acabará en un grande de Europa, de Guerrón al Cruzeiro y de Polanski al Mainz".
Pero quizá una de las mayores virtudes de los proyectos de Torres ha sido la de encomendárselos a entrenadores partidarios de un fútbol alegre, de toque, guapos. Por eso extrañó en algunos sectores la apuesta por Víctor Muñoz, que no entró con buen pie ante una parte de vestuario y afición:
"Víctor es un profesional, honrado y muy obsesionado con el trabajo, con los números, es la verdad. Había pensado en Unai Emery, lo tenía casi hecho, aunque al final aceptó la oferta del Valencia, lo que es entendible. Así que le dije a nuestro secretario técnico (Toni Muñoz) que buscara alternativa, en lo de Víctor yo no tuve nada que ver esta vez. Por lo que sea, la cosa no salió y demostré paciencia, que aguanté todo lo que pude hasta que no quedó más remedio que destituirle y llamar a Míchel para las últimas cinco jornadas".
A la segunda...
Curiosa y arriesgada la apuesta: Míchel fue la primera bala en la que pensó Torres va para seis años cuando buscaba su primer técnico para Primera:
"Quizá se asustó, no lo vio claro en ese momento. Estuvimos reunidos en su casa y me planteó exigencias de jugadores difíciles para un club como el nuestro, aunque luego la mayoría de su lista llegó. Me dio la impresión de que no creía que el Getafe ascendiera, aunque tampoco lo creía el entrenador que teníamos, Yosu Uribe. Pero yo sí y en las últimas catorce jornadas ganamos ocho partidos y empatamos seis. Y no soy de los que apuntan cosas, ¿vengativo con Míchel por qué? Él tomó su decisión y yo volví a creer en él años más tarde. Ha encajado con el vestuario, tiene una manera de ver el fútbol que gusta y sigue el estilo que está marcando el Getafe con Quique, con Schuster, con Laudrup...".
Presume Torres esta temporada de la juventud de su plantilla y de algunos nombres:
"Hay veteranos ilustres que siguen, los Belenguer, Casquero, Celestini o Contra, pero la plantilla tiene esta campaña una media de 25,6 años. Y va a ser el año de Soldado, estoy convencido de que va a superar de largo los 20 goles. A sólo 48 horas del cierre del mercado tuvo una oferta extraordinaria del Rubin Kazan ruso y su cotización está en los 12 o 14 millones de euros. No quiso irse y puede ser el cuarto delantero del Mundial para Del Bosque, al tiempo; Parejo me encanta, para mí es el mejor jugador que ha dado la cantera del Madrid en los últimos años; Pedro León es muy bueno, ya lo teníamos atado hace un año, pero Víctor nos dijo que no le hacía falta; Ustari va a ser el segundo portero de Argentina si se clasifica para el Mundial porque Maradona no está fino. No entiendo, por ejemplo, que no llame a Higuaín e incluso nuestro Cata Díaz ha renunciado a jugar con la albiceleste. Y está Mané, con opciones de llegar a la Selección en el lateral izquierdo; o Boateng, ya clasificado con Ghana y que va a regresar sin tener que jugar un amistoso este miércoles. Y también Adrián González, que es apuesta personal mía. Yo quise que se quedara. Sé que tener a su padre de entrenador es una situación difícil y para los dos, pero no sería justo que si demuestra que puede jugar en Primera se le mire con lupa por ser hijo de quien es".
La que no se acaba de enganchar es la afición, más allá de los meritorios y grandes 10.000 fieles de cada año:
"En la ciudad, francamente, la mayoría son del Madrid, del Atlético, del Barça, del Betis, en general son de casi todos los equipos menos del Geta, es la realidad. No acabamos de enganchar. Aunque hemos hecho 2.000 abonados nuevos, se nos han caído 2.500, así que acabamos la campaña con 10.430 y ahora estamos en 9.700. Por eso el estadio nuevo nos ayudaría muchísimo, a ver si se arregla lo de la permuta de términos, se agilizan los asuntos burocráticos y se avanza en el proyecto".
Para Torres, la distribución entre ricos y pobres en el fútbol español está marcada:
"Hay tres Ligas, la que juegan Madrid y Barcelona, que va a estar peleada porque el Barça está más hecho pero no ha mejorado con el cambio de Etoo por Ibrahimovic. Y el Madrid ha hecho uno de los mejores equipos de su historia, aunque le ha faltado la guinda de un lateral como Maicon y Ribéry. La segunda Liga la disputan Sevilla, Atlético, Valencia y Villarreal, aunque el gran error, sobre todo de Atlético y Valencia, ha sido el de querer equipararse con Madrid y Barcelona, eso les genera más ansiedad. El resto jugamos la tercera Liga. A ver si achuchamos a alguno de los de la segunda y le quitamos plaza europea. Yo creo que todos deberíamos ser Sociedades Anónimas, incluido el Madrid, claro, en eso sí tiene razón Miguel Ángel Gil en lo que expuso en su carta en AS, aunque el problema del Atlético es otro, es de 'money': yo habría vendido a Kun o a Forlán. A todos, grandes y pequeños, nos esperan años difíciles. Hay que estar listos y el modelo a seguir, el dirigente al que más admiro en el fútbol, es Manuel Vega-Arango. Es un gran presidente y lo ha demostrado en el Sporting en dos épocas históricas bien distintas. Y es un caballero. Todos deberíamos imitar su manera de manejarse en el fútbol".
Merecido e intimista elogio antes de hablar del Madrid, el club del que Torres es socio. Se han mejorado las relaciones tras varios desencuentros:
"Uno fue por culpa de Roncero, sí, sí Tomás... Se le sacó punta al titular de una entrevista tuya en AS de que a Florentino se le había ido la olla, y me refería a que en un club con tanto presupuesto y directores generales, él debía delegar algo. Ahora las relaciones son inmejorables con Florentino e incluso le he aconsejado que debe arreglar sus diferencias con Villar, y también se lo he dicho al presidente de la Federación, aunque la cosa no parece que vaya a cambiar y eso no es bueno para el Madrid en ningún sentido. De hecho, el Bernabéu iba a ser el escenario del partido del Centenario de la Federación y al final se cambió por el Calderón. Pero decía que las relaciones son buenas y también con el club. Es positivo que lleguen jugadores y crezcan en Getafe o que incluso un chico nuestro, Juanfran, lo hayamos dejado ir al filial del Madrid. El fichaje de Miguel Torres se concretó porque hablé con Florentino y él dio la orden de que, en igualdad de condiciones, primero el Getafe si ese era también el deseo del jugador. En el club lo tenían cerrado con el Zaragoza. ¿Pardeza? No, Ramón Martínez, que lo tenía arreglado con Antonio Prieto, su director deportivo, con quien creo que se lleva muy bien".
Pepe y Casquero.
La retomada política de buena vecindad casi saltó por los aires con el arrebato de furia de Pepe contra Casquero:
"Ahí Pepe se equivocó también al acabar el partido y ni Mijatovic ni Bucero lo supieron encarrilar. Le llevaron a excusarse ante el árbitro para atemperar la futura sanción cuando Pepe tenía que haber ido con los capitanes Casillas, Raúl y Guti (que estuvieron ejemplares), a pedir perdón pero al vestuario del Getafe. Y el entonces presidente Calderón y el club tampoco quedaron bien a ojos del fútbol español recurriendo una sanción para todos justa".
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