Sólo vale el oro

Si abrimos esta previa diciendo que "ha llegado el gran día", la cosa queda pobre. Si lo hacemos afirmando que todas las selecciones nos tienen ganas y que a España sólo le vale el oro, el Eurobasket de Polonia gana en sabor. Puro avecrem. La Selección busca el título que se escapó hace dos años en Madrid -aquel tirito de Pau Gasol- y que se resistió a lo largo de una historia que ha ganado brillo con hitos tales como el Mundial de Japón 2006 o la plata de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. "Bienvenidos al terreno en el que se gana", decía ayer el embajador español en Varsovia, Francisco Fernández Fábregas. Estaba bien escoltado. A su izquierda, Pau Gasol (ya listo para la batalla) y Jorge Garbajosa; a su derecha, José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto, Sergio Scariolo y Juan Carlos Navarro, quien está tan serio estos días que a uno le da por pensar que la mecha de esa bomba arde por dentro.

Serbia es el primer rival de España, que quiere dejar claro que lo del pasado jueves en Vilna fue un lituanazo sin consecuencias. Eso sí, técnico y jugadores han reiterado en las últimas horas la buena pinta de la selección serbia, rejuvenecida hasta el acné bajo la reputadísima batuta de Dusan Ivkovic. Él es el padre de una generación de exitosos entrenadores serbios y ahora el tutor de los Nenad Krstic, Milenko Tepic, Uros Tripkovic o Novica Velickovic, enemigos esta tarde en un pabellón, Hala Torwar, que nos remonta al pasado.
Rudy será baja hoy.

Sólo Rudy Fernández se perderá el debut de España en este Eurobasket para el que Lituania, Croacia o Grecia suenan como grandes rivales en el camino hacia la medalla de oro. A Rusia se le echan en cara sus notables ausencias (Kirilenko y Holden, dichoso Holden, a la cabeza) y Francia es duda porque, tras la reciente fase de clasificación que tuvo que superar para este Europeo, no sabemos si va o si viene en su puesta a punto. La rehabilitación de la rotura fibrilar sufrida por Rudy en el último entrenamiento en Madrid, poco antes de pisar Barajas rumbo a Lituania, marcha por buen camino, pero no conviene arriesgar al mallorquín, una baza importante en luchas mayores como la siguiente fase o los cruces hacia los metales. Ayer, de nuevo se entrenó al margen de sus compañeros. Precipitaciones, las justas.

Pau Gasol reaparecerá tras su lesión en el dedo índice de la mano izquierda sufrido el pasado 10 de agosto durante la concentración en San Fernando (Cádiz). Desde entonces, al pívot laker se le ve como león enjaulado. Es normal. La última vez que jugó con pólvora real lo hizo con los Magic enfrente y un anillo NBA como premio para entrar en la historia. Han pasado casi tres meses. Polonia es un buen lugar para él y sus compañeros para seguir consiguiendo que a los demás se nos agoten los elogios.

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