Lituania devuelve a España a la tierra

Entendemos el enfado de Sergio Scariolo. Su enojo porque nada salió como él quería en el examen más duro que afrontaba la Selección española camino al Eurobasket. Comprendemos su lamento por los tiros libres fallados, por la debilidad defensiva o las numerosas pérdidas de balón. Pero el italiano sabe, no les quepa duda, que esto crea callo. Que partidos con el cuchillo entre los dientes, como el de ayer, curten para cuando la cosa vaya realmente en serio, es decir, el lunes.

España perdió en Vilna ante Lituania, que se antoja un serio rival para conquistar el oro europeo. Toca ahora explicar cómo se puede caer ante los de Butautas por 22 puntos (94-72) cuando hace apenas tres semanas se les batía por 26 (100-74). Número y análisis para Scariolo, mucho rewind al vídeo, y algunas pistas desde aquí. Por lo pronto, España encaró el partido sin Pau ni Rudy, lo que es dar mucha ventaja al rival. Se fue arriba en el marcador en los siete primeros minutos, con Ricky a los mandos y Marc como puñal dentro, infatigable frente al rocoso Javtokas. Pero de repente, la zona lituana se indigestó, los cambios hicieron que perdiéramos gas y los triples de Delininkaitis firmaron el 23-18 con el que se acabó el primer cuarto. Fue abrir la puerta, sólo eso. A partir de ahí, Lituania pisó fuerte y se sintió verdaderamente en casa, mientras que España se desangraba en los tiros libres (3/9 al descanso) y en los triples (1/7).

A eso de las ocho, nuestra Selección tocaba fondo con el 32-20 en contra. Por la megafonía del Siemens Arena sonaba Bulería, bulería, tenía guasa que Scariolo debiera gritar más que Bisbal para hacerse oír en el tiempo muerto. El mensaje cuajó. Un parcial de 4-16 igualó la balanza (36-36), aunque al descanso caía por 46-40.

De nuevo la estrechez ofensiva y las avenidas en defensa. Y un impuesto añadido, el de la presión del público rival y las artimañas de quienes juegan y actúan a partes iguales. Véase Linas Kleiza, el NBA que ha roto el verano con su millonario fichaje por Olympiacos, quien provocó reiteradamente a Garbajosa y abrió definitivamente la lata con un triple que puso el 61-45 a cinco minutos del final del tercer cuarto. Luego llegarían el 83-62 o el 92-67. Pero quédense con esa imagen, la de Kleiza brazos en alto, arengando a la grada mientras España estaba caída. Indefensa. El lunes empieza lo bueno. No se preocupen, hay tiempo para rearmarse.

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