Atletismo: Bragado fue bronce en la Puerta de Brandenburgo

A las siete de la mañana descargó sobre Berlín la primera tormenta del día. A esa hora, Jesús Ángel García Bragado, un podólogo madrileño que cumplirá 40 años en octubre, ya calentaba sus caderas operadas en las cercanías de los tilos de la Puerta de Brandenburgo: Ünter Den Linden, bajo los tilos, la avenida que es el eje de Berlín.

En su noveno Mundial de atletismo, y en 50 km marcha, Bragado marchaba con caderas remodeladas por el doctor Manuel Ribas, en Dexeus, tras sendos síndromes de atrapamiento de cadera, comprimida por el fémur. Ya hay que tener madera de resistente para meterse a marchar decenas de kilómetros, entre arrozales y asfalto, tras semejantes operaciones

Y a las 11:00 horas, Bragado, bajo los tilos, Ünter den Linden, ya resistía. Décimo, entre humedad, nubes y asfalto deslizante, venteaba y se asomaba a las calles y plazas, Friedrichstrasse, Alexanderplätz, donde, en abril de 1945, un grupo de españoles desgajados de la 250 División aún chocaba con la vanguardia del Ejército Rojo que caía sobre Berlín: la punta de lanza de Koniev. Nombres como Ezquerra y Ocaña aún perduran en la memoria de ciertos berlineses: "El valor de aquellos españoles era sobrehumano", cuentan ancianos de la cuarta edad.

A mediodía, la cuadriga de la Puerta de Brandenburgo relucía con destellos verdosos y Bragado, con gafas, veía cadáveres ambulantes: "Quien resiste, gana". La retirada del favorito italiano Alex Schwazer, desintegrado por la humedad, abrió el tumulto. Los australianos Adam y Tallent y el francés Diniz, rotos, se descolgaron tras los cambios del ruso Kirdyapkin y el velludo noruego Trond Nymark, que vomitaba. Al borde de la descalificación, con dos tarjetas y un juez en bicicleta a su lado, Bragado arreaba. Entró tercero, bronce, 3:41:37, a sólo 21 segundos de Trond Nymark, plata. Sergey Kirdyapkin se había desplomado tras ganar el oro, como luego cayó el alemán Höhne, quinto. Escenas de resistencia bajo la Puerta de Brandenburgo. Y bronce para un resistente: Jesús Ángel García Bragado.

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