Entre las compras y el balonazo a Bill Russell

El cuarto día por la mañana he ido de compras, y he tenido la oportunidad de conocer un poco más la ciudad. Todo es muy grande, los edificios y también los grandes almacenes. Todos los decorados y diseños, claramente compiten entre ellos y intentan ser particulares y muy diferentes, pero todos muy espectaculares. Una sensación que tengo es que intentan ser exageradamente espectaculares, pero seguramente este es el encanto que hace que tantos americanos vengan de vacaciones a esta ciudad, a gastar sus ahorros en hoteles, comidas y juego. Recuerdo que en el mismo aeropuerto, justo al bajar del avión, en el mismo aeropuerto, ya estaba lleno de máquinas de juego.

Cuando vamos a ver los partidos del torneo, también vamos de compras. Esto es un mercado, donde los agentes tienen mucho trabajo. Creo que entre ellos no se llevan tan bien como nos llevamos el resto de profesionales que hay en este deporte. Pero una buena experiencia de estos días, evidentemente con los agentes españoles, es que se establece un grado de confianza que en muchos momentos sale de lo que es estrictamente profesional, y la verdad, esto me gusta.

No solo hemos podido ver jugadores de gran calidad, sino también una intencionalidad de los equipos en jugar bien a baloncesto. Un detalle, por ejemplo, y que me ha sorprendido porque no contaba en verlo, es que se juega ‘extra pase’, incluso a veces alguno ha perdido alguna opción de tiro por hacer un pase de más. Esto nos da la oportunidad de interpretar a estos jugadores mucho más cercano al baloncesto que nosotros hacemos. Los sistemas de juego que utilizan son bastante básicos y abiertos. A mi entender esto es una buena decisión, ya que les permite entrar en dinámica a los jugadores nuevos, ya que casi todos en su carrera ya han jugado estos conceptos. Y utilizando los tiempos muertos, introducen conceptos sorpresa, algunos muy interesantes…

La gestión de los equipos, funciona con una definición muy clara de los roles. Se ve que los entrenadores gestionan unos objetivos de la franquicia por la que representan. Todos los equipos tienen 3, 4 o 5 jugadores básicos con los que quieren empezar los partidos y acabarlos, estos son los jugadores sobre los que recaen las orientaciones especiales de juego. En casi todos los equipos, me ha parecido ver otro grupo de 1, 2, 3 o 4 jugadores, donde claramente se percibe un objetivo sobre ellos de probarlos. Y otro grupo que son los jugadores que completan el equipo, que tienen claro lo que se espera de ellos, y sobre los que no hay muchas pretensiones, y que intentan hacer algún papel para ver si alguno de los ojeadores quizá europeos, nos fijamos en ellos.

Hoy he podido ver más jugadores que han jugado en nuestro baloncesto: Hosley y Gelabale (Madrid), Augustine (Gran Canaria), Miles y Medley (Sevilla), Palacios (Vic) y por la grada he visto pasearse a Charles Smith (Madrid). En un lance de juego, un jugador intentando salvar la pelota, le ha dado un balonazo al mítico Bill Russell, pero sus reflejos han sido aún buenos y ha evitado males mayores.

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