Roger Federer se proclamó campeón de Wimbledon 2009 tras vencer en la final a Andy Roddick. El 'Expreso suizo' sigue a un ritmo imparable y firmó en Londres un nuevo 'triplete': su sexto entorchado de Wimbledon, el record de Grand Slam de toda la historia (15) y la reconquista del trono mundial, pues saldrá este lunes como nuevo número 1 de la ATP.
El suizo Roger Federer (2) se impuso al estadounidense Andy Roddick (6) por un marcador global de 5-7, 7-6(6), 7-6(5), 3-6 y 16-14 tras cuatro horas y dieciseis minutos de juego en una Pista Central que se vistió de gala para la ocasión y a la que la organización del torneo dejó sin capota a pesar de la amenaza de lluvia que había sobre Londres durante todo el día. Sexto triunfo de Federer en el All England Tennis Club...
Hay veces que la mejor manera de empezar a contar una historia no es el principio sino el final. El partido entre Federer y Roddick pasará a la historia por un apasionante quinto set que se decició con un parcial de 16-14 a favor del suizo. El partido comenzó con ambos tenistas muy firmes con el servicio, sin ceder opción alguna al resto y jugando un tenis de manual. Federer, más precipitado a la hora de subir a la red intentando meter presión a su rival, daba la impresión de ir a medio gas ante un Roddick muy serio y correcto que apenas tuvo errores no forzados en toda la manga. Las oportunidades al resto llegaron en el momento más 'caliente' del set. En el undécimo juego, Federer desaprovechó hasta cuatro opciones de break, bien por méritos del poderoso primer servicio del estadounidense, bien por golpes ajustados que mandó fuera el 'ojo de halcón'. A estas alturas, quien perdona la paga, y Roddick, en el duodécimo, con la primera bola de break/set que tuvo, se apuntó el primer set tras 39 minutos de juego.
El segundo set se decidió en la lotería de la muerte súbita. Durante el set, ninguno de los dos tenistas cedió una sola opción de break al resto. Roddick, suelto y confiado, firmó porcentajes de primer servicio superiores al 80%, complementado además con un excepcional juego desde el fondo de la pista. Federer, que siguió dando sensación de estar desinflado, se bastó de su servicio para forzar el tie-break. La muerte súbita fue, en un principio, reflejo de lo que había sido el set. Roddick hizo los deberes, tomó ventaja y se colocó con cuatro bolas de set (6-2). El de Nebraska lo vio tan cerca que se nubló, le tembló el pulso, se puso timorato, falló con su servicio, mandó fuera del tapete dos voleas a media pista y vio como Federer, casi sin quererlo, veía como lograba la igualada virtual en el luminoso tras apuntarse el segundo set tras 44 minutos de juego.
En el tercer set, Federer se soltó la coleta, jugó mucho más cómodo y se dejó ver esos aires de superioridad que había esgrimido en otros partidos. Roddick aguantó el tirón al resto, dando buena cuenta de una mejora mental, pero sufriendo más que en los dos sets anteriores. El estadounidense tuvo que salvar una bola de break en el sexto juego, pero lo hizo con un arma como el servicio que de nuevo se le dio de cara. Federer, por su parte, se mantuvo tranquilo a la hora de definir y sólo cedió tres puntos con su servicio en toda la manga. El set se fue de nuevo al tie-break, que dominó esta Federer desde un comienzo y aunque desperdició dos bolas de set no falló a la tercera. 47 minutos más de juego y el de Basiela se veía por primera vez por delante en el marcador.
No tiró la toalla Roddick, que siguió rompiendo la pelota como si en ello fuera la vida. El juego se igualó sobre el verde, hubo más intercambios desde el fondo de a pista y aumentaron los errores no forzados de uno y otro. Eso le dio oportunidades a un Roddick que se resistía a tirar la toalla. Buena prueba de ello es que aprovechó la segunda oportunidad de break que tuvo en el cuarto juego y supo administrar esa renta a pesar de la presión que Federer, demasiado tarde, le quiso meter dando dos pasos al frente en la pista y subiendo a la red cada vez que tuvo opción. Otros 33 minutos de juego y el partido se decidiría en un quinto y definitivo set.
Sin margen para el error y con claro-oscuros en el cielo de Londres, el quinto set comenzó con una bola de break desaprovechada por un Federer que se mostró fallón en los momentos menos oportunos. Con el servicio -jugando sobre todo con primeros, el de Basilea se sentía cómodo en la pista, pero seguía sin encontrar resquicios en el muro plantado al otro lado de la pista por Roddick. El estadounidense se creció a medida que se consumía el tiempo y disfrutó de un 15-40 en el décimo séptimo juego que no aprovechó. El partido regresó a la sintonía de los primeros juegos, donde el saque se imponía de forma abrumadora al resto y no había opción. Caía la tarde en Londres y el físico hacía mella en ambos tenistas. El cañón de Roddick comenzó a perder fuelle y en el vigésimo juego, Federer aprovechó su primer 'tournament point' para hacerse con la victoria. Con esta victoria, Federer vuelve a escribir una página más en la historia de este deporte.
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