Ettore Messina, objetivo prioritario de Florentino Pérez para ocupar el banquillo madridista la próxima temporada, aún no tiene claro dónde entrenará la próxima temporada. MARCA se puso en contacto con el italiano y al primer tono de llamada, como si estuviese esperando a alguien, descolgó el teléfono: “Pronto”.
La primera pregunta es obligada: ¿Cómo van sus contactos con el Madrid? Se queda sorprendido y sale del paso como puede: “Estoy en Bolonia, acabo de llegar del Eurocamp de Treviso y ahora mismo estoy en mi casa, no sé nada más de este tema”.
Sin embargo, cuando le decimos que este periódico tiene constancia de que ha mantenido conversaciones con Valdano, director general del Madrid, no le queda otra que reconocer la evidencia: “Si usted tiene esa información, yo le felicito por ello”, contesta, admitiendo implícitamente en su respuesta la veracidad de la misma.
Por el tono de su voz, se le nota incómodo al hablar del Madrid. Messina descarta viajar a la capital de España, por ahora: “No tengo pensado viajar a Madrid, al menos de momento”.
El italiano asegura desconocer dónde entrenará la próxima temporada: “Hablé el lunes con los directivos del CSKA, que me hicieron una propuesta relacionada con algo distinto a entrenar, y tengo que pensar sobre ello. Si luego pasa algo distinto, ya se verá”.
En principio, Messina no se ha fijado plazos para decidir su destino, aunque el CSKA, club en el que ha entrenado las últimas cuatro temporadas, sí le ha marcado uno: “Debo decirles este próximo fin de semana si acepto o no la propuesta que me han hecho”. Suena a S.O.S. para que el Madrid mueva ficha.
También en las últimas semanas ha surgido de nuevo el rumor del interés de algún equipo de la NBA por ficharlo. En concreto, Sacramento podía haberle incluido en su lista de candidatables a su banquillo. El italiano ni afirma ni desmiente nada al respecto: “Si hablo con un equipo o con otro no puedo comentarlo públicamente. Sólo se puede hablar de ello cuando algo se haya consumado. Mientras tanto, no”.
Messina zanja educadamente la conversación: “No me ponga en aprietos, yo respeto mucho su labor, pero entienda que en un trabajo como el mío está claro que hablas con unos y con otros, te piden, contestas, te contestan, las cosas a veces cambian... Si vamos comentando todo públicamente, no hacemos nada bueno. Eso no beneficia a nadie”.
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