Ivan Basso, que ahora disputa el Dauphiné Liberé, corrió el Giro de Italia tres años después ganar el de 2006. Estuvo dos años sancionado por la Operación Puerto. Cree que ha pagado y ahora quiere vencer "limpio".
¿Qué balance extrae de su regreso en el Giro?
Estoy satisfecho con mi quinto puesto tras dos años inactivo. Además, mi compañero Franco Pellizotti hizo tercero, en el podio. Los dos formamos un gran equipo en las etapas de montaña, donde demostré que puedo rodar al ritmo de los mejores.
La crono de 60 km fue vital para sus aspiraciones.
Es cierto, todos los que deseábamos la maglia rosa debíamos lograr un buen resultado, y en mi caso no fue así. Pensaba que estaba mejor preparado. Durante mis dos años de inactividad por la sanción me he entrenado muy duro en contrarreloj. Esta especialidad nunca fue mi punto fuerte.
¿Le ha pesado que le consideraran el principal favorito?
No. ¿Es que no ha visto la determinación con la que he corrido? Estoy contento con el papel que he desempeñado en el Giro, lo he dado todo en cada pedalada. La maglia rosa era mi sueño, pero este quinto puesto va a ser el primer paso para conquistar grandes triunfos en el futuro.
¿Como la Vuelta?
Por ejemplo. En principio, no voy a participar en el Tour de Francia y me centraré en preparar la Vuelta a España. Ésa es mi siguiente gran meta. (Basso dijo en pretemporada que quería batir a Armstrong en el Giro y a Contador en la Vuelta. De momento, ha cumplido su primer objetivo: el texano acabó duodécimo en Italia y él, quinto).
¿Cómo se sintió tras ser cazado en la Operación Puerto?
Para mí, la Operación Puerto quedó atrás, es un tema del que prefiero no hablar, ya que no tengo mucho que decir. Cometí un error y mi penitencia fueron dos años de suspensión. La sanción fue justa y ya pagé. Ahora sólo pienso en competir y en ganar con limpieza.
¿Se considera una nueva persona?
Simplemente, he vuelto. Los fallos te ayudan a madurar, pero no he dejado de sentirme ciclista ni me he hundido por los fantasmas del pasado. Soy el mismo, aunque sé que no debo volver a cometer los mismos errores. En mi web muestro total transparencia en mi programa de entrenamientos.
¿Está arrepentido de lo que hizo?
Sí. Le hice daño al ciclismo y ahora sólo espero que los aficionados disfruten conmigo, hacerles felices con mis victorias sobre la bicicleta. Juntos debemos sacar adelante este deporte.
Sin embargo, no reconoció que se hubiera dopado.
Reconocí que era cliente de Eufemiano y que aquella bolsa de sangre me pertenecía.
¿Es el ciclismo más limpio en este 2009?
No soy quién para juzgar estas cuestiones, pero el camino para que nuestro deporte sobreviva y vuelva a conectar con el público es el de la limpieza y la transparencia.
¿Cómo es ahora su relación con el pelotón?
Me llevo bien con mis compañeros y tengo amigos entre el resto de los corredores. Como cualquier persona normal, hay gente con la que tienes más trato y otra con la que no. Los dos años que he pasado fuera no han influido.
Con los fans sí que tiene más trato a través de Twitter.
Es cierto, me gusta decirles lo que estoy haciendo y enseñarles que soy un tipo corriente. Me encanta sentir el contacto con los aficionados en Twitter y en mi página web, es un forma de estar cerca de ellos, como ellos lo están de mí con su apoyo en las carreteras.
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