El ruso sufrió un accidente en el ultimo kilómetro.
Denis Menchov perdió su flema al cruzar la meta de Roma, la última de este Giro. Al bajarse de la bici se le dibujó un gesto de rabia y alzó el brazo con ímpetu, como si hubiera marcado un gol importante. No es su actitud habitual, pero tampoco es normal sufrir una caída en el último kilómetro y poder perder el trabajo de los 3.934 anteriores.
Un tramo adoquinado, deslizante por la lluvia, provocó que se fuera al suelo. Menchov se levantó aturdido y trató de montarse en su bicicleta, pero el mecánico del Rabobank estuvo rápido y le dio la de repuesto. Sólo hubiera faltado que tuviera que pararse otra vez por avería en su golpeada máquina. Probablemente el ruso perdió el triunfo en la crono con el accidente (llevaba un segundo de ventaja al lituano Ignatas Konovalovas en la última referencia), pero logró transformarse en el tercer ruso que gana el Giro, tras Berzin (1994) y Tonkov (1996).
Como era previsible, Carlos Sastre no pudo arrebatarle a Pellizotti la tercera plaza del podio. Y casi pierde la cuarta con Basso; le sobraron trece segundos. Tampoco hubiera importado. Sastre ya nos obsequió con dos triunfos en etapas importantes (Monte Petrano y Vesubio) y dejó la sensación de que estará en la pelea por el triunfo en el próximo Tour de Francia.
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