Etoo marcó pero no caza a Forlán. El Depor, sin UEFA.
Riazor fue bastante fiel al guión previsto. El Barcelona, que ya había celebrado todo lo celebrable, caminaba hacia la tercera derrota consecutiva hasta que Bojan dio un pase de oro que ni el errático Etoo pudo rechazar. Fue un injusto castigo para un Depor que mereció la victoria, aunque de haberla conseguido también se hubiera quedado sin el premio de la UEFA porque, como también era previsible, el Valencia no falló en Mestalla ante el Athletic de Caparrós.
Y eso que Guardiola, ajeno a la resaca de las innumerables fiestas, arrancó la noche con sorpresa, dejando a la cantera en el banquillo y plantando en Riazor un once muy competitivo. Entre los elegidos estaba el mencionado Etoo, que decidió gastar la última bala en la inútil persecución sobre Forlán. Puede que el técnico blaugrana pensase en sus goles para acercarse al último reto que el quedaba a este Barça del triplete: superar los 107 goles del Real Madrid de Toshack.
Sobre la pizarra de Guardiola el reto era posible, pero la intensidad, necesaria para estas lides, es una virtud que desaparece conforme se acumulan éxitos, y los del Barça este año son de Guiness.
Acoso. Para el Deportivo, en cambio, había más en juego, y se notó. La UEFA, pendientes del Valencia, era posible, y había que pelearla hasta el final. Lotina se olvidó de experimentos, tiró de sus titulares y recuperó a Valerón, quizás contagiado por la magia que desprende el Barça. Guardado, Pablo Álvarez y Bodipo, tuvieron el gol en los primeros 20 minutos, pero Pinto salvó el cuello. La insistencia tuvo finalmente premio para los coruñeses, en un certero cabezazo de Bodipo tras centro del hiperactivo Guardado.
Así, mientras que el Depor estructuraba su fútbol en torno a Valerón, el Barcelona se obsesionaba con Etoo, de nuevo ofuscado con el gol. Mientras Sergio se topaba con el larguero y Valerón con la mano de Pinto, el camerunés disparaba salvas al cielo. El empeño de Etoo tuvo premio en el último suspiro, con un gol que no le vale para ganar la Bota de Oro ni el pichichi, y que tampoco amargó a un Riazor que disfrutó de la última fiesta.
El detalle: mariscada del Barcelona
Guardiola se llevó a toda su plantilla a A Coruña excepto Messi, Alves y Milito, para despedir la temporada con una última cena antes de las vacaciones. La expedición blaugrana visitó tras el partido el restaurante Coral con un menú en el que el marisco fue el protagonista.
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