Esta mañana todavía había participantes que no habían llegado al campamento base, y los que sí lo hicieron apenas han podido descansar debido al fuerte viento que, finalmente, ha obligado a los organizadores a cancelar la sexta etapa, ya que impedía a los helicópteros despegar.
Como consecuencia de la cancelación, la clasificación general se queda igual que estaba, con lo que el español Marc Coma se mantiene a la cabeza del Rally, con una ventaja de 3 minutos y 41 segundos sobre el francés Cyril Despres.
Su compañero de equipo, el español Jordi Viladoms, que ayer perdió 22 minutos, es sexto a cuarenta minutos de Coma, aunque con la tercera plaza del podio, en poder ahora del noruego Pal Anders Ullevalseter, a seis minutos y un segundo de desventaja.
La última noche del Rally de Túnez ha sido de las más duras que Marc Coma recuerda en el desierto, y que lo diga alguien como él, dos veces vencedor del Dakar y tres veces Campeón del Mundo, que ha hecho de África prácticamente su segundo hogar, es significativo, según asegura en el comunicado de prensa del equipo.
La quinta etapa resultó durísima para los participantes que continúan en carrera, con más de 560 kilómetros cronometrados y seis horas sobre la moto.
Además, al ser una etapa maratón, los pilotos tenían que pasar la noche sin sus asistencias, añadiendo todavía más obstáculos a una jornada ya de por sí agotadora.
Y a todo ello se unió una fuerte tormenta de arena que hizo aún más duro el día a todos los participantes, algunos de los cuales tuvieron que pasar la noche a la intemperie, en medio del desierto, incapaces de llegar antes del anochecer a la meta.
Después de preparar el libro de ruta de la sexta jornada y en pleno descanso, un fuerte golpe despertó a todos a las tres de la madrugada, cuando el viento arrancó la carpa que la organización había dispuesto para los pilotos.
"Ha sido una noche increíble. Después de una etapa de ayer verdaderamente dura, con gente que todavía no había llegado hasta esta mañana, han cancelado la especial de hoy", lamentó Marc Coma.
"La tormenta de arena continuó y los helicópteros no podían despegar, pero es que ha sido imposible pegar ojo durante toda la noche ya que a las tres de la madrugada ha volado la tienda donde estábamos los participantes y hemos tenido que recoger como hemos podido las cosas, porque se las llevaba el viento", explicó Coma, quien como los demás pilotos tuvo que dormir en la carpa de los organizadores, que se mantuvo en pie.
En cuanto a la quinta jornada, Marc Coma explicó que "se repitió la misma situación que en el Dakar, pues nos encontramos en un territorio en el que los neumáticos con sistema anti pinchazos sufre mucho, así que la noche anterior decidimos montar cámaras de aire", reconoció el doble ganador del Dakar.
"Esto implicaba vigilar mucho -agregó Coma- e ir lento en las zonas de piedras para poder correr más en las de arena".
"Está siendo un rally muy duro, al límite, y todavía no se ha terminado, puesto que mañana nos espera un día complicado, con casi 400 kilómetros de especial, y todavía quedarán otras dos jornadas de dunas, como la que tenía que haber sido hoy", explicó Coma
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