CCOO y UGT piden una movilización masiva ante una cita marcada por la fuerte crisis económica y la destrucción de empleo.
El primero de mayo de este año llega marcado por una recesión que está hundiendo a la economía española y a buena parte del resto de economías mundiales. También está disparando el desempleo a niveles nunca vistos hasta ahora. Con más de cuatro millones de parados, los sindicatos quieren hacer de este día un "clamor" contra las intenciones de la patronal de "recortar derechos conquistados". Con el Gobierno, de momento, siguen en sintonía.
Haya o no crisis, el éxito de la convocatoria depende, como en las ediciones anteriores, "del cielo": si hay sol, siempre se resiente la cifra de asistentes; si hay lluvia, también. Por un motivo u otro, hace años que las manifestaciones del primero de mayo han dejado de ser mayoritarias.
En estos tiempos de recesión se estrena como secretario general de Comisiones Obreras Ignacio Fernández Toxo. Toma el relevo de José María Fidalgo, que ya se había acostumbrado a sufrir la manifestación paralela que todos los años le amargaba la cita y le convertía en diana de los ataques de ira, verbales los más, pero también alguno violento, de los mismos trabajadores junto a los que marchaba por el centro de Madrid.
Roto el diálogo social
Este año los sindicatos quieren hacer de la manifestación "la de mayor transcendencia" en los últimos 15 años. Cuestionadas por su silencio durante los meses en los que el Gobierno se negó a reconocer la crisis, las dos centrales mayoritarias, UGT y CCOO, han organizado más de 200 actos, entre ellos 70 manifestaciones unitarias en las principales ciudades del país. Como todos los años, piensan movilizar a millones de trabajadores. Como todos los años, en el punto de mira sigue la patronal. Más ahora que está estancado el proceso del diálogo social.
Al Gobierno también le exigen actuaciones... pero sin perder de vista el llamamiento que les hizo Zapatero: "Necesito vuesto cariño". Cariñosamente, pues, ambos líderes sindicales han enfocado su habitual manifiesto del Primero de Mayo en la búsqueda de una salida satisfactoria y urgente a la recesión y en la aplicación de medidas que eviten el aumento de la pobreza y la exclusión social. "Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social", esa es su receta, ese es el lema de este año.
Corbacho en Barcelona; Toxo y Méndez, en Madrid
El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, y el de UGT, Cándido Méndez, encabezan la manifestación de Madrid, que parte de la plaza de Neptuno a las doce del mediodía y llega hasta la Puerta del Sol para la lectura del manifiesto.
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, asiste en Barcelona al aperitivo que organiza CCOO y a la paella popular de UGT.
Fuente: El Diario Montañes