Serena decepciona y cae a la primera en Puente Romano

Media hora antes de estrenarse en el Andalucía Experience, Serena Williams estaba zampándose una plato de espaguetis con tomate en el village de Puente Romano. Un aperitivo, podía pensarse, para la mole de Saginaw, que estaba comiendo a escasos diez metros de Manolo Santana, que reparte sonrisas y se mete al personal en el bolsillo. Qué crack. "Serena viene un poquito justa después del torneo de Miami, veremos", sospecha Conchita Martínez, directora del torneo, un par de horas antes de que la número uno muerda el polvo rojo de Puente Romano. El debut (y cierre) de Serena Williams era delante de la desconocida y veterana checa Clara Zakopalova y el asunto olía a trámite. Pero en el circuito, con puntos por medio y delante de la número uno, nadie se estrella, no se regala nada. Así que Zakopalova descubrió en el primer set el precario estado de la pequeña Williams, que iba por todos lados con su móvil naranja, zombi y despreocupada del tenis. Del sol de Miami al sol de Marbella. Demasiado sol para Serena, que hizo un esfuerzo por el personal que había pagado por verla y dio unos cuantos raquetazos en el segundo set (3-6), pero luego cayó fulminada, víctima o no de los espaguetis con tomate. Zakopalova le zampó un 6-1 y mandó a casa Serena, seguramente lo único que pretendía la grandiosa estrella. Así se gana descanso, pero se pierde el afecto popular. A Nadal eso ni se le ocurre.

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